Yuliana en las fauces del lobo estepario

José Germán Zarama De La Espriella

“Érase una vez un individuo de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario...”

El asesinato de Yuliana Samboní nos estremece y llena de rabia, de aquella rabia cercana al odio, que solo puede nacer de un miedo visceral. Sí, los detalles de este crimen macabro hacen parte desde ya del compendio histórico de la infamia en Colombia. Pero no es solo el sádico homicidio lo que tanto asusta. Nos llena de miedo despertar a la realidad de que convivimos con tantos lobos esteparios, que son personas aparentemente civilizadas y hasta cultas.

El mayor horror está en la demencia, el sinsentido de lo que ha hecho un ciudadano de condición social privilegiada. Es el temor de que Rafael -Harry, el protagonista del Lobo Estepario- pueda ser nuestro vecino o habitar en nosotros mismos, como presentía Hermann Hesse. Quizá por lo mismo nos ensañamos así con la desgraciada familia del supuesto asesino, que en estos momentos debe sufrir tanto como la familia de Yuliana. Y, es que en medio del dolor, todo aquello relacionado con el victimario se persigue con injusta pero muy explicable saña, a manera de catarsis.

La metáfora social de este libro, Premio Nobel de Literatura, se ajusta probablemente a la realidad política bogotana de 2016. En ‘El lobo estepario’, el protagonista, Harry Haller, expresa su rechazo a la guerra, la xenofobia y la intolerancia. Pero al mismo tiempo, Haller es una persona tan consciente de sus ambigüedades como la sociedad alemana de la preguerra, aquella que tenía dos naturalezas. Como ocurrió con su pueblo, por un lado culto y sensible, por otro, lleno de oscuros egos, Harry fue vencido por su personalidad lobuna. Fue cuando asesinó, en medio de las alucinaciones, a Armanda.

El lobo estepario, un tratado de psicología, es la simbolización de la condición más oscura del alma humana. En esta obra, a semejanza de la obra de Robert Louis Stevenson, se reseña la complejidad del ser humano, en personajes como ‘Harry Haller’ y el ‘doctor Jekill’.

El lobo estepario, que se escondía detrás de la amable cara de Harry, era un ser egoísta, violento, altanero, antisocial, agresivo y desde luego solitario. Harry es un personaje profundamente triste y con tendencias suicidas. Tal vez tan suicida con su vida como probablemente lo sea Rafael.

Como todos los colombianos que bregamos por mantener la cordura, siento mucho la tragedia de Yuliana y pienso que su asesino debe pagar la mayor pena contemplada en la ley. En cuanto a la sociedad, aparte de velar por el juicio, debería concentrarse en ayudar en todo sentido a la familia de Yuliana.

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