La caída del irónico marxismo bolivariano

José Germán Zarama De La Espriella

Para quienes conocen el pensamiento de Marx, sobre los líderes latinoamericanos del Siglo XIX, es una ironía de la historia hablar de ‘marxismo bolivariano’. Y es que Marx se refirió a Simón Bolívar y al dictador de Haití, en un memorable párrafo que descalifica a ambos. Según Marx, Bolívar fue el “canalla más cobarde, brutal y miserable. Bolívar es el verdadero Soulouque” (carta a Engels de 14 de febrero de 1858). Por cierto, no solo Marx opinaba de esta manera. Algo parecido contó para la historia, Henri Louis Villaume Ducoudray-Holstein, un oficial franco-alemán que fue miembro del ejército libertador y alguna vez cercano a Bolívar.

Pero no hay manera de refutar a Marx, ni tampoco negar el ancestro bolivariano del régimen chavista, que parece estar herido de muerte en Venezuela. Rodolfo Sanz, un investigador venezolano afín al régimen, quien fue Ministro del llamado ‘Poder Popular’, escribió un libro sobre la relación entre Marx y la revolución bolivariana.

Lo cierto es que el chavismo, del cual Maduro y Cabello son herederos políticos, se inspiró tanto en Marx como en Bolívar. Y no han podido inspirarse de peor manera. De Marx nunca heredaron su rigor intelectual, ni su reconocida honorabilidad. Eso sí, acogieron sin embargo su teoría económica, que representa los más profundos fracasos históricos en los últimos 100 años. De Bolívar, heredaron por el contrario, sus peores virtudes como ser humano, si uno da crédito a contemporáneos tan independientes como Marx o Doucodray-Holstein. En verdad parecería, con las marchas de hoy en Venezuela, que del ‘Libertador’ aprendieron a ser tan “canallas, brutales y miserables”, como describía Marx. Tal vez ni siquiera imitaron bien la propia leyenda heroica de Bolívar que tanto han propagado ellos mismos.

En realidad el marxismo bolivariano, tal como lo conocemos, parecería tener sus días contados por estas contradicciones. Y para conocer las causas de este sino vale la pena revisar el final del marxismo soviético tan admirado por Cuba y Venezuela. Su colapso, según reconocidos analistas, se debió a que la URSS no representaba el ‘verdadero’ marxismo. Se trataba, al igual que Venezuela, de un estado autoritario basado en un partido único al mando de una oligarquía, (denominada allá ‘nomenklatura’). El único objetivo de esta oligarquía era mantenerse en el poder y para ello creó un régimen dictatorial, que cayó ante su derrumbamiento económico.

No sabemos cuánta sangre más va a correr por cuenta del chavismo en el país vecino. No sabemos cuánta hambre más deberán aguantar los venezolanos por imposición de un fracasado modelo económico y un brutal régimen político. Lo único que sabemos es que la economía de Colombia y sus ilusiones de paz dependen demasiado de lo que pase allá de aquí a 2019.

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