Una cadena de irracionalidades

La irracionalidad de la extrema derecha ha llegado al punto de arriesgar la estabilidad financiera del país (y del mundo) con tal de impedir la reelección de Obama.

Cuando George W. Bush se convirtió en el 43er presidente de los Estados Unidos en enero del 2011 heredó de su antecesor Bill Clinton un cuantioso superávit que le permitía mirar con tranquilidad el futuro y manejar sin problemas el futuro económico de su país.


No hay que olvidar que Bush había triunfado en unas confusas y controvertidas elecciones sobre Al Gore que sólo se definieron en el estado de la Florida donde su hermano Jeb era gobernador.


Pues bien, por cuenta de la incompetencia de Bush y sus asesores muy pronto se rebajaron los impuestos a las más poderosas corporaciones y a los ciudadanos más ricos, condujo a su país y a no pocos países amigos a una guerra costosa y sin razón en Irak, arreció la guerra en Afganistán y gracias a su benevolencia y laxitud permitió el descalabro del sistema financiero estadounidense que hubo de ser rescatado a inmenso costo por el gobierno del demócrata Barack Obama.


Aunque fueron muchas las esperanzas suscitadas en el mundo por la elección de Obama este ha tenido que luchar contra el odio visceral de la derecha estadounidense que no soporta la presencia de un hombre de raza negra en la Casa Blanca y, mucho menos, que haya implantado la cobertura universal en salud.


Los obstáculos atravesados a Obama han sido de toda índole, pues no sólo debió salir al rescate del sistema financiero, sino que ha contado con la negativa de la mayoría republicana en la Cámara para subir la capacidad de endeudamiento de la Nación (una operación que se había realizado sin oposición en 75 ocasiones en el pasado) y que se negó a aumentar los impuestos a los más ricos.


La irracionalidad de la extrema derecha ha llegado al punto de arriesgar la estabilidad financiera del país (y del mundo) con tal de impedir la reelección de Obama. Lo sucedido es a todas luces absurdo de manera que la táctica puede volverse en contra de los partidarios del Tea Party y la señora Palin (la ignorante ex gobernadora de Alaska) y con sus desafueros consigan la reelección de Obama.

EL NUEVO DIA

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