La Reforma Tributaria sí es contra la clase media

El balance de la Reforma Tributaria es simple:





los impuestos a las empresas se reducen en 5,6 billones de pesos, mediante el recorte de las contribuciones  parafiscales y el aporte patronal a la salud para trabajadores con menos de 10 salarios mínimos, así como por la reducción de la tasa nominal del impuesto de renta, del 33 por ciento al 25 por ciento, con una contribución del ocho por ciento que se les cobrará de sus utilidades. Mientras tanto, a las personas naturales, con ingresos mensuales de más de tres millones 700 mil pesos, se les aumentarán los tributos en 4,5 billones de pesos. Es el balance del proyecto.   

¿Quiénes son esas “personas”? Profesionales, pequeños y medianos empresarios, ejecutivos, profesores universitarios y académicos, muchos con sus respectivos hogares en consolidación, con activos comprometidos con deudas, o con patrimonio fruto de vidas enteras de trabajo esforzado, con  dinámica económica de simple ingreso y consumo. En los últimos periodos sus remuneraciones han aumentado por la calificación y el grado educativo; son cerca de 650 mil nuevos contribuyentes que se unirán a otros 650 mil –más acaudalados- que pagan impuesto de renta.

Aunque el recaudo que proviene de las personas naturales es solo el 13 poe ciento del total (J. Espitia), la decisión de Juan Manuel Santos fue ampliar esa base y rebajar el de las empresas, y sobre todo de las más grandes, ya que el 82 por ciento de las ganancias corporativas vienen de las 100 mayores del país, principalmente financieras, mineras y de comunicaciones.   

Como lo que se descuenta al gran capital se financiará con el nuevo monto expoliado a las personas, el proyecto, además de inicuo, es desmedido. Una persona que gana ocho millones de pesos mensuales, pasará de sufragar 716 mil pesos anuales a 4,6 millones, un alza del 650 por ciento; quien tenga entradas de 10 millones, pagará 8,09 millones de pesos, casi cuatro veces  lo actual. Las deducciones -a las que tenían derecho- fueron limitadas, y si llevan a una liquidación inferior a la suma que impone la nueva tarifa, primará la última.  

Es un agravante lo que se colige de un estudio de Aljure y Gallego sobre la distribución de los ingresos entre “los más ricos” (CID, Universidad Nacional, No.52). Según ellos, en ese grupo se cumple la regla de Pareto: es decir, que el 20 por ciento con mayores entradas concentra el 80 por ciento del total. O sea, que, aun entre las personas naturales, la Reforma no se enfoca en el sector más privilegiado y, en esa misma línea, el rector de la Universidad de Antioquia ha advertido que el sueldo de los profesores disminuirá entre el 15 y el 20 por ciento. Luego de esto, ¿puede alguien decir que la Reforma Tributaria no es contra la clase media?

AURELIO SUÁREZ MONTOYA

Comentarios