Con los pies en la tierra

Entretanto en la memoria local se reviven historias del pasado lejano y reciente que conducen a reflexionar y a actuar con pies de plomo cuando se pintan escenarios tan atractivos y está en juego el patrimonio colectivo.

La adjudicación de la sede de los XX Juegos Nacionales al Tolima, compartida con el Chocó, ha promovido la aparición de ideas y el movimiento de intereses de diversa índole, que deben ser analizados a profundidad para tomar las decisiones trascendentes que, también, requieren de prontitud en su definición, financiación y ejecución. El 2015 está a la vuelta de la esquina.

Casi simultáneamente con la concesión de la sede - aunque algunos aseveran que la propuesta lleva bastante tiempo rondando a las administraciones municipales- se ha hecho conocer, por diversos medios, una oferta según la cual una empresa portuguesa, especializada en estos asuntos, ha manifestado, a la Alcaldía de Ibagué, su intención de canjear los lotes e instalaciones del complejo deportivo de la calle 42 con el compromiso de levantar en el Parque Deportivo unos escenarios con la última tecnología y los más moderno diseños que reemplacen las obsoletas construcciones de las piscinas y los coliseos construidos con ocasión de los IX Juegos Nacionales.

Hasta aquí "todo bien, todo bien" como diría "El Pibe". Viene, entonces, la parte compleja del asunto. En primer lugar, debe saberse si el alcalde Luis H. Rodríguez está de acuerdo con la propuesta, pues seguramente tendrá que poner en consideración del Concejo y los entes rectores relacionados con dichas instalaciones la futurista oferta.

A estas alturas ya el burgomaestre ha de haber estudiado la propuesta con sus asesores,  ha de haberse cerciorado de la idoneidad, antecedentes y capacidades técnicas y financieras de la empresa portuguesa (para el efecto, muy seguramente se habrá asesorado del embajador en Portugal el tolimense Germán Santamaría); sin duda habrá conocido a los socios locales de la empresa que, qué duda cabe, habrán superado el cedazo de la evaluación.

Conocido que se haya lo anterior el Alcalde lo dará a conocer a la ciudadanía  que tendrá la oportunidad de opinar e informar sobre lo que conoce de unos y otros, habida cuenta de las consecuencias de toda índole que tiene un proyecto de tal naturaleza y, así, superados todos esos prolegómenos y si la evaluación es positiva, se puede proceder a embarcar a la ciudad en una empresa de esas dimensiones.    

Entretanto en la memoria local se reviven historias del pasado lejano y reciente que conducen a reflexionar y a actuar con pies de plomo cuando se pintan escenarios tan atractivos y está en juego el patrimonio colectivo.

EL NUEVO DÍA

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