¿Hora de relevos?

Cada día crece el interrogante sobre cuál fue la razón para designar al actual Ministro de Agricultura, pues su accionar queda restringido por razón de sus múltiples impedimentos derivados de su gestión gremial y las numerosas actividades en las que están vinculados él, su familia actual y su anterior esposa.

Dentro del gabinete del presidente Santos hay dos funcionarios que a más de generar conflictos y distraer con sus comentarios los propósitos de la administración, con sus actuaciones dan a entender que no se sienten a gusto en el gobierno, no comparten las más importantes metas y se convierten en un lastre para un equipo donde no son muchos los que impulsan el vehículo.

En efecto, desde la salida de Germán Vargas ha descendido mucho el protagonismo del gabinete: la señora de Cultura se ha enfrascado en disputas con sus paisanas por pleitos parroquiales, la de Medio Ambiente no parece haberse enterado de su designación y la de Educación entró en sabático luego del fracaso de la reforma.

Los que hablan y salen al quite son el de Salud, al que no le rinde pero al menos transpira, el paisano de Justicia que ha tomado un tono de estadista y abandonado los gracejos de otrora, el de Hacienda que cierra el año con muy buenas notas que no parecen entusiasmar a la ciudadanía, y la Canciller, que coge fuerza para atender las crecientes complicaciones de su cargo.

La de Transporte es seria, opina, visita los sitios donde se detectan los problemas, hace anuncios, promete la conclusión y apertura de muchas obras, pero de aquello, nada. El de Minas tiene en su mano definiciones como las del precio de los combustibles, las explotaciones mineras en las tierras altas y el reforzamiento de la exploración petrolera ante la ausencia de nuevos descubrimientos. Al de Comercio todavía no se le conoce y la Directora de Planeación centra su atención en Antioquia y el Caribe.

El Ministro de Defensa parece dedicado a la labor de quintacolumnista y a boicotear el tortuoso discurrir de los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC en La Habana, Cuba, que han de ser principal bandera de la aspiración presidencial, por lo que es de suponer que ha de haber definiciones prontas en esta estratégica posición.

Cada día crece el interrogante sobre cuál fue la razón para designar al actual Ministro de Agricultura, pues su accionar queda restringido por razón de sus múltiples impedimentos derivados de su gestión gremial y las numerosas actividades en las que están vinculados él, su familia actual y su anterior esposa, por lo que resultaría muy oportuno enmendar el error y designar a quien pueda trabajar en tan importante posición sin tantas limitaciones.

REDACCIÓN EDITORIAL

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