oco despliegue han dado los medios de comunicación al hecho de que en lo que va corrido de 2013, en el país se han reportado al Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública más de 110 mil casos de dengue, cifra que según las mediciones que hacen las dependencias de salubridad pública, debe alertar a las autoridades ya que evidencia que estamos enfrentando una epidemia.
De mucha más preocupación es el que si bien más de la mitad de tales eventos se han concentrado en 56 municipios del territorio nacional, la mayoría de ellos están en los departamentos de Santander, Valle del Cauca, Meta, Tolima y Norte de Santander. Es decir, nuestra región está siendo víctima de primer orden de una ola de dengue y poca atención le estamos poniendo a tal asunto.
Esta enfermedad es producida por diversos factores pero, como señala el profesor Luis Ángel Villar, el crecimiento urbano desordenado, la falta de acueducto en muchas poblaciones y los cambios en los patrones o factores climáticos, son causas de primer orden en la proliferación de tal mal y debe advertirse que en cerca de 800 municipios colombianos los sistemas de acueducto que existen entrañan un agudo factor de riesgo para la salud pública.
En Tolima el número de localidades que tienen un acueducto deficiente es bastante alto. Si mejoraran las condiciones y los sistemas de tan esencial servicio público, disminuiría el riesgo de dengue y de muchas otras enfermedades, pues se sabe que en localidades o vecindades mal dotadas de acueducto deben los hogares almacenar agua para sus necesidades básicas y el zancudo Aedes aegypti halla condiciones perfectas para su reproducción en tales lugares.
Otro factor preocupante del problema es que hace muy poco tiempo hubo en Colombia otra epidemia de tal mal, en 2010, es decir, hace apenas tres años.
¿Qué quiere decir el que con tanta frecuencia ocurran epidemias de dengue? Que en cuestiones de salubridad Colombia no ha aprendido la lección y que en muy poco tiempo, probablemente en 2016, habrá otra pandemia de dengue, la que muy probablemente será de proporciones similares o peores.
Así, sobre este tema ronda un gran interrogante: ¿Qué, verdaderamente eficaz está haciendo el Estado para que la situación de fondo en relación con el dengue mejore?
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