Aún hay tiempo

Derroche escandaloso con viviendas de precios obscenos, vehículos de alta gama, inversiones en almacenes de prendas de vestir, droguerías, compraventas de automóviles y motocicletas, fincas y ganados, propiedad raíz , participación en licitaciones públicas ( que ayudan a mimetizar sus actividades) y empresas agroindustriales.

on ocasión de iniciarse una nueva ronda de conversaciones en La Habana que ha de tratar sobre el tema de los narcóticos la revista Semana en su más reciente edición publica un informe especial sobre lo acontecido, la lucha de la Nación por no dejarse doblegar ante la violencia y el dinero corruptor del tenebroso negocio.

Al final publica un mosaico con fotografías de los más peligrosos capos dados de baja o detenidos. De los reseñados al menos siete tuvieron, han tenido o tienen vinculaciones por sus negocios ilícitos o presuntamente lícitos en el departamento del Tolima y su capital.

En un artículo adicional firmado por el general (r.) Óscar Naranjo ex director de la Policía y uno de los delegados del Gobierno a los diálogos con las Farc hace memoria de lo que ha significado el narcotráfico para el país y los terribles efectos para la sociedad colombiana; se duele el general por lo “poco alentadores que son los resultados en la lucha contra los bienes mal habidos de los mafiosos” e indica que es “imperativo seguir persiguiendo las fortunas de la mafia “ en poder de parientes y testaferros de los capos y que se camuflan en aparentes negocios lícitos.

Buen cuidado deben tomar los recién nombrados comandantes de la Policía, tanto la Departamental como la Metropolitana, de las palabras del general Naranjo, pues como es de conocimiento público en la región existe una ostentosa presencia de fortunas de origen oscuro y en cabeza de parientes, asociados, testaferros y palafreneros de los que figuran en el mosaico ya mencionado.

Derroche escandaloso con viviendas de precios obscenos, vehículos de alta gama, inversiones en almacenes de prendas de vestir, droguerías, compraventas de automóviles y motocicletas, fincas y ganados, propiedad raíz, participación en licitaciones públicas (que ayudan a mimetizar sus actividades) y empresas agroindustriales.

Todo a la vista de las autoridades lo que se convierte en un deterioro continuo de la disciplina social y un permanente “blanqueo” de los dineros mal habidos.

Al parecer para nada han servido los procesos de descomposición social vividos en Medellín, Cali, Pereira o Santa Marta con las nefastas consecuencias que deben padecer los ciudadanos de estas localidades. Mas todavía hay tiempo de establecer las barreras que impidan que la región sucumba y deba someterse a tales oprobios.

REDACCIÓN EDITORIAL

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