Hoy la humanidad amanece de luto pues uno de los más venerados ciudadanos del mundo ha dejado de existir. El expresidente surafricano y Premio Nobel de Paz Nelson Mandela ha muerto por dolencias de la edad y derivadas también de los abusos soportados durante los largos años de encarcelamiento a los que fue sometido por los regímenes de su país en las oscuras épocas del apartheid.
Mandela que luchó por la igualdad y el reconocimiento de los derechos de sus conciudadanos, que empleó y apoyó la violencia contra los gobiernos que implantaron y continuaron los abominables abusos contra la población negra de su país, que estuvo durante más de 27 años en los calabozos en condiciones infrahumanas que le provocaron la silicosis y la tuberculosis que minaron su salud pero no su entereza, fue la base del movimiento que derrotó la dictadura blanca, que llevó a su partido a la toma del poder a través de elecciones y le brindó un sin igual ejemplo al mundo entero cuando evitó cualquier fórmula de venganza o retaliación en su gobierno, tendió los puentes de reconciliación entre las razas e impidió la que muchos suponían sería una sangrienta confrontación.
Él, que todo lo había perdido en medio de abusos y persecuciones, logró con el ejemplo de su generosidad y su mano tendida la reconciliación entre sus conciudadanos y, aunque si lo hubiere querido habría sido reelegido, dio un paso al costado y sin ninguna ambición de poder, entregó la presidencia a quien la mayoría determinó.
En un mundo y una época donde lo usual es que los gobernantes se aferren al poder y se lucren de su posición, Mandela dio un ejemplo de respeto por la ley y pulcritud en el manejo de los bienes públicos que ha sido reconocido por la gente de las diferentes naciones y su nombre ha sido talismán utilizado en conflictos de todas las latitudes donde su ejemplo se exhibe como camino a seguir en medio de las confrontaciones, como ocurrió hace poco con su apoyo y el de su grupo de los Elders, a las conversaciones de paz de Colombia.
Pese a vivir rodeado del cariño y el respeto de sus conciudadanos que lo cuidaban como un tesoro su salud física y mental sufrió un pronunciado deterioro en los últimos meses y, al final, le causó la muerte.
El espíritu humano se muestra contrito pues se ha ido uno de los mejores e indispensables. La humanidad solo puede estar agradecida por su vida y su ejemplo.
Quien blandió la espada en su momento, luego tendió la rama de olivo y evitó un baño de sangre en su país. Descanse en paz gran Madiba y Tata.
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