Editorial: En el escalafón de la tontería

En otros lados han salido refuerzos: “Yo no me puedo oponer al progreso”. “El abastecimiento de agua de Ibagué se puede conseguir bombeando líquido desde los acuíferos de Doima”. “La comisión no encontró la planta de concreto por deficiencias en las coordenadas” y así ad infinitum

En el Cauca se refieren a los que han sido afectados por un agudo estado de majadería como víctimas de una dolencia que se resume con la frase: “de malas para pensar”.

Por un tiempo se pensó que la epidemia se había concentrado en Venezuela y, particularmente, en el equipo de gobierno del que hacen parte familias enteras (10 vicepresidentes, 28 ministerios, embajadores, dos mil generales, procuradores y funcionarios judiciales) que copan la frondosa nómina dedicada a la infinita producción de tonterías.

Por cierto de allí salen las imperecederas ideas sobre cómo sembrar en los jardines matas de acetaminofén (ministra de salud), que los barrenderos deben tener mejor remuneración que los médicos especializados (ministro de trabajo) y ese líder mundial en la enunciación de estupideces que es el actual inquilino de Miraflores que habla con pájaros, se le aparecen fantasmas en la noche, está en el propósito de construir aulas y aulos y a multiplicar los penes.

Sin embargo como la frontera es porosa y pese a los esfuerzos recientes del gran conductor no se ha sellado del todo se han filtrado algunos virus que como el cólera, el chikunguña o el dengue amenazan a los colombianos.

Nadie lo esperaba pero en la región tiene proyección a volverse epidémico. Al menos eso se puede colegir por las respuestas que algunos funcionarios ofrecen cuando se les inquiere por sandeces extremas que se cometen en sus administraciones y que ponen a la región en peligro de ser anexada a la patria de Bolívar.

Veamos algunas de las más recientes: “las piscinas no quedaron mal construidas sino mal orientadas”. “No hay problema, las competencias se pueden programar de noche cuando no haya sol”. “Las conexiones de agua para El Tejar están listas, lo que pasa es que algunos malos ciudadanos las sabotean”.

En otros lados han salido refuerzos: “Yo no me puedo oponer al progreso”. “El abastecimiento de agua de Ibagué se puede conseguir bombeando líquido desde los acuíferos de Doima”. “La comisión no encontró la planta de concreto por deficiencias en las coordenadas” y así ad infinitum. Solo falta que no han podido aplicar la resolución pues los funcionarios están todos en una reunión en El Pulpo.

Tantas muestras de desparpajo han superado las fronteras y ya Ibagué disputa posiciones en los noticieros de televisión, los confidenciales de Semana y en Actualidad Panamericana.

REDACCIÓN EDITORIAL

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