Editorial: Otro paso adelante

Falta ver si algún imponderable se presenta de aquí a marzo, si algún fanático no se idea una fórmula que descarrile el proceso y que la dejación de armas se cumpla para proceder a la ratificación y a la operación del Tribunal Especial con sus elementos de verdad, reparación y no repetición a más de justicia para todos los implicados, víctimas o victimarios.

No fue poca la sorpresa recibida por la gente dentro y fuera del país sobre lo acontecido en La Habana. El acuerdo sobre justicia transicional, la dejación de armas y el límite en el tiempo para firmar los acuerdos de paz trajo enorme regocijo para la mayoría, adicionales motivos de rencor para los guerreristas y fue saludado con entusiasmo en el exterior.

El estrechón de manos (ligeramente forzado por el presidente cubano) entre el presidente y el jefe del secretariado de las Farc se convirtió en noticia mundial que le disputó los titulares a la visita del papa a Estados Unidos y llevó a improvisar programas especiales de televisión en diversos países.

Lo acordado ha recibido elogios no solo por la forma, sino por el fondo y puede convertirse en referente mundial para la solución de conflictos. No pretende ser único sino que recoge experiencias positivas y negativas de procesos similares en Suráfrica, El Salvador, Mozambique y Angola; a más de que aunque por cuenta de la flaca memoria de los colombianos se olvide que desde la Independencia y por cuenta de las numerosas confrontaciones internas ha habido más de 200 procesos de amnistía e indulto (más de uno por año).

Asombra que el acuerdo haya recibido elogios de los oficiales en retiro y el presidente de Fedegán, recalcitrantes opositores al proceso, a los que se sumaron la totalidad de las cámaras de comercio reunidas en Cartagena, la Andi y los gremios en general. En contra y sin sorpresa se mantuvo el senador Uribe y su bancada, así como el inefable Procurador.

Falta ver si algún imponderable se presenta de aquí a marzo, si algún fanático no se idea una fórmula que descarrile el proceso y que la dejación de armas se cumpla para proceder a la ratificación y a la operación del Tribunal Especial con sus elementos de verdad, reparación y no repetición a más de justicia para todos los implicados, víctimas o victimarios.

En el exterior ya se hacen cábalas de lo que pueda suponer un país en paz y en capacidad de desarrollar todas sus potencialidades sin el lastre de la guerra. (Se asume que el ELN se sumará al proceso).

Motivos de más para ir adelantando los duros y prolongados procesos de conciliación que confluyan en la consolidación de una paz que cada vez se ve más cercana.

REDACCIÓN EDITORIAL

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