Editorial: Treinta años

En declaración aportada por el vicefiscal Perdomo se asevera que los desaparecidos no son solo los 11 que han sido mencionados desde el principio y de los que se han identificado tres, sino que pueden pasar de 100, de los cuales se conoce que fueron torturados y asesinados con los más crueles métodos.

Casi 30 años después de ocurridos los luctuosos hechos del Palacio de Justicia la Fiscalía General de la Nación desvela la suerte de tres de las personas desaparecidas en la toma violenta, tras la plena identificación de sus restos, a más de numerosos testimonios, declaraciones, pruebas, muerte de testigos y tras superar la acumulación de testigos falsos y maniobras encaminadas a desviar las investigaciones.

Los restos identificados corresponden a la cajera de la cafetería del Palacio, Cristina del Pilar Guarín, que fueron encontrados en una fosa común en el cementerio Jardines de Paz.

A lo largo de seis lustros se ha dicho sobre la víctima que era miembro del M-19; un oficial le aseguró a su padre que estaba refugiada en Bulgaria y hacía parte de un grupo terrorista y la defensa del coronel (r.) Alfonso Plazas Vega presentó a María Nelfy Díaz y a su hijo como testigos que aseveraban que quien salía en hombros de las ruinas (en un video muy conocido) era ella, lo cual fue refutado con pruebas sobre la ropa encontrada con los restos de Guarín.

también se encontró los restos de la empleada de la cocina del Palacio, Luz Mary Portela León, que se hallaron en el Cementerio del Sur. Por esta desaparición se condenó a 35 años de prisión al general (r.) Jesús Armando Arias Cabrales.

Así mismo y en una caja que había recuperado la Fiscalía identificó los restos de Luz Amparo Oviedo, una visitante del Palacio que iba a presentar una entrevista de trabajo.

En declaración aportada por el vicefiscal Perdomo se asevera que los desaparecidos no son solo los 11 que han sido mencionados desde el principio y de los que se han identificado tres, sino que pueden pasar de 100, de los cuales se conoce que fueron torturados y asesinados con los más crueles métodos.

De la manera como el acuerdo de justicia Transicional ha movido a las Farc a aceptar su responsabilidad en lo ocurrido y han ofrecido aportar información para desentrañar la suerte de desaparecidos y secuestrados, así como colaborar con la entrega de los restos de los muertos, es posible que esa justicia especial logre que otros protagonistas de la barbarie se muevan a aclarar la suerte de miles de colombianos, a dar con el paradero de sus restos y a aceptar su responsabilidad en los sangrientos episodios que han enlutado al país.

REDACCIÓN EDITORIAL

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