Editorial: En pánico

Nada de raro tendría que se cancelaran las elecciones aduciendo un complot internacional del fascismo, el imperialismo, la OEA, Uribe y los paramilitares colombianos, a los que se habría unido Mauricio Macri. Hay que estar preparados para oír cualquier cosa y presenciar cualquier arbitrariedad o barbaridad.

No hay duda de que el gobierno de Maduro y Cabello ha entrado en pánico ante lo que se avecina con las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre.

En la presente oportunidad no ha sido suficiente con silenciar a la prensa libre suprimiendo las licencias de canales de televisión y emisoras de radio o cortando el suministro de los dólares necesarios para la importación de papel periódico. Ni siquiera el amedrentamiento con ataques y tomas de medios al estilo instaurado por la fallecida Lina Ron y sus bandas motorizadas vestidas de rojo ha amilanado a la oposición.

En una típica réplica de estalinismo tropical el gran conductor ha ordenado desde Miraflores establecer un estado de excepción en todos los municipios fronterizos con Colombia (en su totalidad de marcada tendencia opositora) para que fuera imposible desarrollar una campaña política con actos de masas, marchas y concentraciones. Ya les había fallado la consigna de encarcelar opositores y condenarlos en juicios amañados, ya que la fórmula lo que hizo fue exacerbar el rechazo popular.

No puede ser de otra manera en un país donde la incompetencia y la corrupción tienen al punto del colapso a la otrora rica nación. No hay víveres, elementos básicos ni remedios. La inflación marcha rumbo al 160 por ciento anual y las reservas internacionales se han esfumado. A PDVSA ya nadie le fía y el éxodo de profesionales es cada día más pronunciado.

Como todo lo anterior solo contribuye al descrédito del régimen y las encuestas señalan una derrota del partido de gobierno, han pasado a las acciones violentas: el pasado domingo en Yare a una manifestación de Miguel Pizarro llegaron los motorizados uniformados de rojo (otra vez la memoria de Lina Ron) y dispararon para dispersar a los presentes. El pasado miércoles falló una de las avionetas en la que viajaba la comitiva de Lilian Tintori (la esposa del encarcelado Leopoldo López), al aparto le fallaron los frenos al aterrizar, se salió de la pista y terminó incendiado.

Pocos minutos después, en Altagracia del Ortuco, en el estado Guárico, donde se desarrollaba una manifestación de la MUD opositora, se desató una balacera en la que resultó muerto el secretario de Acción Democrática, el sindicalista Luis Manuel Díaz, y quién sabe qué más tendrán en el tintero las fuerzas de choque del chavismo.

Nada de raro tendría que se cancelaran las elecciones aduciendo un complot internacional del fascismo, el imperialismo, la OEA, Uribe y los paramilitares colombianos, a los que se habría unido Mauricio Macri. Hay que estar preparados para oír cualquier cosa y presenciar cualquier arbitrariedad o barbaridad.

REDACCIÓN EDITORIAL

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