Editorial: ¿Se cierra el círculo en Venezuela?

Al interior y el exterior de Venezuela el temor es que todo termine resolviéndose por la vía del enfrentamiento social, que tendría unas consecuencias imposibles de calcular. Todos esperamos que Venezuela encuentre lo más pronto posible una solución incruenta y definitiva que, cualquiera que ella sea, sin duda celebraría el país y la región.

Según cálculos de las oficinas estatales y la prensa, el pasado fin de semana, solo por Cúcuta, al menos 127 mil ciudadanos venezolanos ingresaron a Colombia, en virtud de la apertura fronteriza, lo que es un indicativo incuestionable de la difícil situación que viven los nacionales del país vecino, aunque desde los círculos del poder en Caracas se niegue insistentemente tal realidad.

Venezuela, sin duda, afronta el momento más complejo de su historia reciente: la economía muestra signos de un mayúsculo deterioro, las instituciones se ven frágiles frente a las necesidades que plantea la Nación agobiada por el desempleo, la carencia de alimentos, los cierres de industrias, etc; la inseguridad se ha apropiado de las grandes ciudades, según lo denuncia la misma comunidad; y si bien el aparato democrático pareció responder adecuadamente en las últimas elecciones y el Consejo Nacional Electoral reconoció la mayoría de la oposición en la Asamblea de Diputados, desde entonces, en lugar de librarse el sano debate político entre las cinco ramas del poder que en Venezuela son el poder legislativo, el ejecutivo, el judicial, el ciudadano y el electoral, lo que hemos visto es la cooptación de estos por el ejecutivo, mediante estratagemas que ningún bien causan ni a la estabilidad del gobierno, ni a la del Estado en su conjunto.

Uno de los casos emblemáticos de esta situación de degradación política e institucional de Venezuela es la confirmación de la pena del opositor Leopoldo López a casi 14 años de prisión, hecho que ha sido rechazado incluso por los países amigos de Venezuela y aquellos que, según el gobierno, no lo son, como Estados Unidos que se manifestó “profundamente preocupado” por lo que considera una injusticia contra López.

Lo que se aprecia desde afuera y lo que denuncia la oposición y algunos sectores que se presentan como independientes es el hecho de que el país cada vez se desinstitucionaliza más, lo que debilita al gobierno y lo lleva a acudir a medidas desesperadas tanto en lo político, como en lo económico, principalmente, haciendo de toda esta situación un factor de máxima tensión social.

Al interior y el exterior de Venezuela el temor es que todo termine resolviéndose por la vía del enfrentamiento social, que tendría unas consecuencias imposibles de calcular. Todos esperamos que Venezuela encuentre lo más pronto posible una solución incruenta y definitiva que, cualquiera que ella sea, sin duda celebraría el país y la región.

REDACCIÓN EDITORIAL

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