De la calumnia algo queda

El compromiso que tenemos como medio en estos 24 años, que próximos a cumplir, ha sido, es y seguirá siendo siempre un pacto con el profesionalismo, la verdad, la ética y la imparcialidad.

eza una frase muy conocida atribuida al escritor irlandés Óscar Wilde, “Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti”. Para algunos, dicha expresión resulta valiosa porque refleja que cuando se les menciona, aunque sea para mal, suponen ser importantes para quien los trae a colación en medio de conversaciones negativas y mentirosas. Para otros, aquella frase no es más que una justificación egocéntrica de quienes poco cuidan su reputación y les interesa estar de boca en boca, con el fin de que su nombre figure y recobre protagonismo.

Por estos días, el hablar mal o hablar de lo que no corresponde a la verdad se ha hecho frecuente en algunos personajes conocidos de Ibagué, quienes se han valido de distintos medios para vociferar acusaciones calumniosas e injuriosas en contra de personas públicas e instituciones, dañando en algo su buen nombre. La calumnia, entendida como una acusación falsa hecha maliciosamente con el fin de causar daño, infortunadamente ha empezado a hacer carrera en micrófonos radiales, portales web, columnas de opinión y redes sociales. Hoy nadie se escapa de los calumniosos y más aun cuando a quien quieren hacer quedar mal con engaños tiene cierto reconocimiento público. Hay quienes se olvidan de que la injuria y la calumnia representan un delito.

Resulta bastante preocupante, sobre todo cuando quien calumnia es un medio de comunicación o alguien que dice ejercer la labor periodística. En Ibagué, algunos se han valido de ese estilo pendenciero e incendiario con el fin de acaparar sintonía, y en los casos más decepcionantes, dinero. Otros, a fin de dar rueda suelta a rencillas y venganzas personales, han aprovechado algunos hechos para distorsionarlos intencionalmente y vender a su oyente o lector la noticia con un 20% de verdad, un 50 % de mentira, y un 30% de mala leche, dejando por el suelo la imparcialidad que debe tener todo periodista.

Hoy, el llamado es para aquellos que al igual que nosotros, están en la obligación de informar con veracidad, imparcialidad, rigor y criterio a todos los tolimenses. Nuestro periodismo no puede seguir convertido en un canal de odio, y respaldo para que quienes quieren calumniar y mentir, lo hagan con total libertad, así quien quiera hacerlo sea el periodista, el redactor de la nota o el mismo director del medio.

Por nuestra parte, el compromiso que tenemos como medio en estos 24 años, próximos a cumplir, ha sido, es y seguirá siendo siempre un pacto con el profesionalismo, la verdad, la ética y la imparcialidad. En ese sentido seguiremos actuando.

REDACCIÓN EDITORIAL

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