Editorial: La solidaridad colombiana con Chapecoense

Donaciones de sangre, alojamiento para los familiares de las víctimas y hasta traductores de portugués, ofrecieron los paisas.

De nuestra parte y para siempre, Chapecoense Campeón de la Copa Sudamericana 2016. Ese fue el mensaje enviado a la Conmebol por parte de Atlético Nacional, para que a manera de homenaje póstumo, se le entregue la Copa al desaparecido equipo brasilero. En medio de la desazón y la tristeza, no se esperaba menos del club paisa, luego de aquella tragedia aérea ocurrida en territorio antioqueño, y que apagó la vida de la totalidad de sus rivales en la final del torneo continental. Para muchos, un acto de grandeza por parte de los verdolagas.

Hoy, es necesario resaltar la solidaridad mostrada por los colombianos, en especial por los antioqueños, quienes no dudaron ni un instante en acudir al lugar de los hechos y a los hospitales, para ver de que forma podían ayudar. Donaciones de sangre, alojamiento para los familiares de las víctimas y hasta traductores de portugués, ofrecieron los paisas. Loable fue el comportamiento de las populares barras bravas tanto de Nacional, como de otros equipos colombianos, quienes se unieron indistintamente para rendir tributo al humilde Chapecoense, y darle el último adiós en el Estadio Atanasio Girardot de Medellín, en una sentida ceremonia de despedida.

Bombas y flores blancas, honras militares, entre otros actos simbólicos, hicieron parte del espectáculo llevado a cabo en la noche del miércoles en territorio paisa, en el que Brasil y el mundo, pudieron conocer lo mejor de la solidaridad colombiana, aquella que muchas veces olvidamos, y que ante tragedias como la ocurrida, sacamos, para demostrar lo que somos como colombianos. En cuestión de segundos el numeral #GraciasColombia, promovido por brasileros, fue tendencia mundial en Twitter.

Una de las grandes lecciones que deben quedar ante lo ocurrido, es que portar una camiseta de distinto color, hablar un idioma diferente y ser rivales en una cancha, no puede significar más que eso, una competencia deportiva. Basta con tan solo recordar que en Colombia, hace escasos días, hinchas del América, acabaron con la vida de un aficionado del Deportivo Cali, solamente por llevar puesta la camiseta del equipo contrario. Ese tipo de hechos, no deben seguir ocurriendo ni en Colombia, ni en ninguna otra parte.

Desde luego, nos unimos a aquellas muestras de condolencias también con el mundo del periodismo, pues una buena cantidad de colegas perdieron la vida en el siniestro. No sobrarán las plegarias para los familiares de las víctimas, los hinchas, y los habitantes de aquel pequeño pueblo de Chapecó, el cual muy seguramente, hoy le viene bien aquella solidaridad expresada y el abrazo fraterno del mundo.

REDACCIÓN EDITORIAL

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