Editorial: Héroes de bata blanca

Igualmente, los altos costos de especializaciones y estudios posteriores, se convierten en una gran inversión económica que, en la mayoría de casos, tarda mucho en verse recompensada.

Héroes de bata blanca. Así hemos llamado a quienes, guiados bajo los deseos de ayudar a sus semejantes, optaron por estudiar una carrera llena de complejidades, y desempeñar en la sociedad una de las profesiones más difíciles, pero trascendentales e importantes para la humanidad: la medicina.

Aquellos personajes encargados de tratar enfermedades, curar heridas y en casos más delicados salvar vidas, merecen un constante reconocimiento por la entrega y dedicación que tienen a diario en el ejercicio de su profesión.

En definitiva, la labor de ser médico termina siendo un gran sacrificio en todo sentido. Quien quiera estudiar medicina, tiene que saber que probablemente sea una de las carreras universitarias de mayor esfuerzo, pero también debe saber que, en la práctica, a diferencia de otras profesiones, muchas veces no hay tiempo para almorzar, ni se duermen las horas completas. Mucho menos hay navidades o festividades garantizadas, paradójicamente esas fechas son en las que hay mayor trabajo en los hospitales.

Además de lo mencionado, el ser médico significa ser altruista, y en algunos casos se convierte en una labor desagradecida, sobre todo a la hora de medir resultados. Por ejemplo, a los abogados se les considera buenos o malos, por el número de casos y pleitos jurídicos que hayan ganado a lo largo de su carrera, a los periodistas se les mide por su credibilidad y la ética para abordar una noticia, pero a los médicos, en ocasiones se les condena por las vidas que sin tener culpabilidad y habiendo hecho su mayor esfuerzo, no pudieron salvar.

Hoy el mundo celebra el Día Internacional del Médico, y es necesario mencionar que su labor en nuestro país, cada vez es más difícil. El nefasto sistema de salud que tiene Colombia, además de los bajos salarios y las desfavorables condiciones laborales, hacen que cada día, sea más complicado. Igualmente, los altos costos de especializaciones y estudios posteriores, se convierten en una gran inversión económica que, en la mayoría de casos, tarda mucho en verse recompensada.

No obstante, quien decide ejercer la profesión porque es lo que le gusta, normalmente tiene otro tipo de motivaciones, entre ellas la vocación de servirle a los demás. Es quizás eso una de las cosas más valiosas, y que hacen tan meritoria y heroica la labor de los médicos: el simple hecho de pensar en el bienestar de otro, antes que en cualquier otra cosa. Por ello, y por mucho más, enviamos un saludo especial a todos los médicos de Ibagué y el Tolima, y todo nuestro reconocimiento y admiración.

REDACCIÓN EDITORIAL

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