No cabe duda que la disolución del DAS por parte del presidente Santos en 2011, además de ser oportuna para la depuración de procesos adicionales que llevaba a cabo esa entidad, fue un pequeño acto de reivindicación con la sociedad colombiana, y en especial con las víctimas que dejó la infiltración del narcotráfico, el paramilitarismo y la corrupción, a aquel centro de inteligencia estatal.
No habría que ir muy atrás en la historia, para recordar las interceptaciones ilegales a periodistas y políticos de oposición al gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe, llevadas a cabo desde el DAS entre 2007 y 2009.
La participación de miembros de ese organismo en el asesinato de Jaime Garzón, también ha sido revelada por la Fiscalía, razón por la cual el exsubdirector José Miguel Narváez, fuera acusado como uno de los cerebros del crimen.
Sin embargo, la reciente condena proferida en contra de Miguel Maza Márquez, y quien otrora director del desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad, ha revivido la historia de aquel organismo utilizado a lo largo del tiempo por algunos, para cometer y encubrir crímenes.
Maza, y quien en su condición de director del DAS debía velar por la seguridad de Luis Carlos Galán, finalmente fue encontrado responsable como coautor del crimen.
Y es que aunque para muchos resulte difícil de creer, el hombre que enfrentó a los extraditables encabezados por Pablo Escobar, según la Sala Penal de la Corte, fue hallado cómplice del magnicidio, pues se ha dicho, que dada su cercanía con el jefe de las Autodefensas del Magdalena Medio, Henry Pérez Durán, (determinador del crimen bajo órdenes de los extraditables), debilitó el esquema de seguridad de Galán, reemplazando al director de escoltas, por un hombre sin experiencia, y viejo conocido de Jaime Rueda, sicario que ultimó al entonces candidato presidencial.
Actualmente Maza Márquez tiene 76 años, y una condena en su contra de 30, que resulta ser casi que una cadena perpetua. Su encarcelamiento se suma al del tolimense Alberto Santofimio, hallado culpable de instigar a Escobar para que asesinara a Galán, y se convierte en un alivio para quienes durante más de 20 años han esperado justicia, en quizás uno de los casos más recordados y dolorosos de la historia de la política colombiana.
Hoy también valga la pena recordar a las 72 víctimas mortales que dejó el atentado contra el edificio del DAS, ocurrido el 6 de diciembre de 1989, y perpetrado paradójicamente por el Cartel de Medellín. Ante los hechos expuestos, finalmente cómplices de su mayor verdugo: Miguel Maza Márquez.
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