Si esperamos lo más, esperemos lo menos

Es necesario decir, que a pesar de que esa guerrilla se encuentra concentrada en su paso a la vida civil y política, el país no ha estado del todo en paz, a causa de las arremetidas del ELN, de un pequeño grupo de disidencia de las Farc, y de los grupos criminales o bandas “neo paramilitares.

Como era de esperarse el Gobierno nacional tuvo que ampliar el plazo de entrega de armas por parte de las Farc y que estaba próximo a culminarse. El 1 de agosto será la nueva fecha para que los miembros de esa guerrilla cumplan a cabalidad con la entrega, lo cual incluye la prolongación de su situación y permanencia en las zonas veredales transitorias durante 20 días más de lo acordado. El aumento en el plazo se da porque en efecto y como se había pronosticado, el proceso fue lento debido al gran número de caletas que según las Farc poseían, y el difícil acceso a las mismas, de acuerdo a que las coordenadas de ubicación estaban en la cabeza de solo unos pocos guerrilleros.

El pasado domingo en alocución presidencial, Juan Manuel Santos informó la novedad, al tiempo que aprovechó para defender el proceso en el cual se ha evidenciado un cumplimiento por parte de la guerrilla en el cese de hostilidades y actos delictivos. Aquello además de ser algo bastante positivo para el país, compromete aún mucho más a la clase política, y en especial a quienes aspiran llegar a la Casa de Nariño el próximo año. Hoy a pesar de la polarización que vive Colombia respecto al tema del proceso de paz, es importante decir que más allá de las posturas y posiciones ideológicas, y de la perspectiva que cada quien pueda tener sobre el mismo, lo hasta ahora logrado se convierte en algo supremamente valioso y trascendental si tenemos en cuenta que representa el fin de una guerra de más de 50 años, y que dejó más de 220 mil personas muertas.

Contrario a lo que muchos en su momento creyeron, las Farc han cumplido, y paradójicamente ha sido el gobierno, quien ha incumplido algunas tareas, al menos en lo que tiene que ver con la adecuación y optimización de las zonas veredales fue así. Que la entrega de armas tarde 20 días más, no quiere decir que las Farc estén “mamando gallo” o que no tengan la voluntad de hacerlo. El problema es que según lo dicho por el mismo Timochenko, por obvias razones las Farc no contaban con un inventario sistematizado de armas, ni tampoco con una bitácora que tuviera la ubicación exacta y el número de las mismas. Es necesario decir, que a pesar de que esa guerrilla se encuentra concentrada en su paso a la vida civil y política, el país no ha estado del todo en paz, a causa de las arremetidas del ELN, de un pequeño grupo de disidencia de las Farc, y de los grupos criminales o bandas “neo paramilitares” que hoy siguen siendo un amenaza latente para el país, y que representan los “nuevos viejos” retos, a los que muy seguramente el país deberá apuntar, luego de que culmine con éxito el proceso de paz con las Farc.

REDACCIÓN EDITORIAL

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