Por ahora sin revocatorias

Ojalá que al menos en Icononzo, el lapsus sirva para que el alcalde García Orjuela “se pellizque” y le demuestre a quienes quieren su salida, que fue gobernador, y que tiene todas las facultades para gobernar con eficiencia y transparencia.

Los procesos de revocatoria de mandato adelantados en Colombia hasta el momento parecieran haber tenido “plenas garantías”. A pesar de los muchos detractores, incluido los posibles revocados, y quienes han apelado a los altos costos que requiere la realización de una jornada atípica de votaciones, ya se han cumplido en algunos municipios del país sin que alguna de ellas haya prosperado.

El pasado fin de semana se efectuaron al tiempo dos nuevas jornadas de revocatoria. Por un lado en Barrancabermeja en donde ganó el Sí, y en Icononzo Tolima en donde también ganó la opción de revocar. No obstante, ninguna de ellas tuvo validez, pues el umbral requerido no alcanzó los votos necesarios, pues en Icononzo y en donde solo se necesitaban 2047 votos para alcanzar el umbral y revocar al alcalde Jorge García Orjuela, solo 801 personas votaron, entre esas 24 lo hicieron por el No.

A pesar de la lejanía entre los dos municipios, al parecer ambos mandatarios coincidieron en la forma de disuadir al pueblo a fin de que no acudieran a las urnas. Según denuncias consignadas en Vanguardia Liberal, el alcalde de Barrancabermeja expidió un sorpresivo decreto para restringir los parrilleros en moto, así como de alguna manera se las ingenió para que el transporte público escaseara el domingo, paradójicamente el día que más carros se ven en los pueblos. En Icononzo, al igual que en Barrancabermeja, la falta de vehículos de servicio público fue evidente, tanto que el pueblo parecía desierto. Aquello también teniendo relación con las fiestas de San Pedro, celebradas en gran parte del territorio tolimense.

Sin restarle importancia al inconformismo de los icononzunos con su alcalde, de quien ni siquiera se tienen fotos en alta calidad debido a sus pocas apariciones en público, allí también jugaron en contra de su revocatoria, los líderes que la promovían, pues para muchos, el proceso se trataba más de un asunto de revanchismo político liderado por el exalcalde Reyes Cortés.

Finalmente es necesario decir que frente a los procesos revocatorios, los cuales cobran cada vez más fuerza en Colombia, no es el umbral lo que debería bajar, pues aquello generaría con mayor facilidad desgobierno, sino la recolección de firmas la que debería incrementarse con rigurosidad, para que con ello los procesos no se conviertan en la salida de los perdedores en las elecciones y para que todo aquel que firme, tenga la responsabilidad y el afán moral de votar y se pueda alcanzar el umbral requerido.

Ojalá que al menos en Icononzo, el lapsus sirva para que el alcalde García Orjuela “se pellizque” y le demuestre a quienes quieren su salida, que fue gobernador, y que tiene todas las facultades para gobernar con eficiencia y transparencia. (Si es que las tiene).

REDACCIÓN EDITORIAL

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