Concejo desprestigiado

Deja mucho que desear la gestión y la imagen del Concejo en general de Ibagué, el cual no estaría muy lejos de lo ocurrido en Cartagena, en donde al menos se supo con claridad lo que ocurrió.

La novela en la que se convirtió el tema del Contralor de Ibagué no ha parado de generar opiniones y suspicacias, no solo por la forma abrupta en como fue retirado Diego Visash de su papel de encargado, sino por el trasfondo del asunto, pues por segunda vez el Concejo municipal se negó a posesionar a Marcela Jaramillo, y quien según el Concejo de Estado debía ser la persona a nombrar en el cargo.

En días anteriores, el nombramiento del Contralor en Cartagena también causó revuelo puesto que allí, tal y como ocurrió en Ibagué, se posesionó a una persona que no alcanzó los 80 puntos requeridos dentro de un concurso de méritos y que además de ello estaba inhabilitada para ejercer dicho cargo. Tal acontecimiento sería exactamente igual a lo sucedido aquí, con la diferencia de que en Cartagena se comprobó todo un plan orquestado para posesionar a Nubia Fontalvo, al parecer amiga cercana del alcalde Manolo Duque, quien terminó preso junto a su hermano y un Concejal que se encargó de convencer a sus compañeros para votar por ella a cambio de prebendas.

En Ibagué, aunque en primer lugar el Concejo municipal presidido por Camilo Delgado, realizó un concurso de méritos a través de la CUN, la mesa directiva decidió no tener en cuenta dicho concurso, no elegir a la ganadora del mismo Marcela Jaramillo, y terminó eligiendo a Ramiro Sánchez, quien había ocupado el tercer lugar con menos de 80 puntos. Hoy más allá de la cercanía del contralor elegido en esa oportunidad con los partidos políticos como el Liberal (del concejal Delgado) y de Cambio Radical, no hay evidencia alguna de que como ocurrió en Cartagena, se haya cometido dolo al elegir a alguien que se acomodara a sus intereses. No obstante, lo que sí ocurrió y no hay que olvidar, es que el Concejo cambió las reglas del juego y terminó votando en bloque por Sánchez, destituido posteriormente.

Actualmente y aunque algunos quieran desviar la atención y lavarse las manos por no haber elegido a la abogada Jaramillo alegando una supuesta inhabilidad que aún se investiga, olvidan que Sánchez también estaba inhabilitado por haber ejercido labores por más de 30 años en la Esap.

Además de ello, y como si no hubiera bastado con el bochorno de lo ocurrido, el Concejo casi que de manera unánime terminó por congraciarse con el alcalde, eligiendo a alguien de sus entrañas y fulminando a Visash quien se había convertido en la piedrita en el zapato.

Hoy, aunque los concejales Carlos Portela, Jorge Bolívar y otros pocos, hayan cambiado de parecer, y decidido respaldar con su voto a Marcela Jaramillo en una segunda votación, risible de por sí, porque eran los que le aprobaban todo a Luis H., deja mucho que desear la gestión y la imagen del Concejo en general de Ibagué, el cual no estaría muy lejos de lo ocurrido en Cartagena, en donde al menos se supo con claridad lo que ocurrió.

REDACCIÓN EDITORIAL

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