Viernes Negro

Para nadie es un secreto que en Colombia si hay un sector golpeado por las nefastas políticas económicas del Gobierno nacional, es el del comercio.

Hoy arranca formalmente la temporada navideña en Estados Unidos. Cada viernes después de la famosa noche de Acción de Gracias, celebrada generalmente el último jueves del mes de noviembre, se inaugura oficialmente la Navidad, época de amor y reconciliación, pero también de consumo desmesurado y capitalismo salvaje.

El Black Friday popularizado en el mundo por marcar el inicio de la temporada decembrina celebrada a gran escala, ha resultado tan exitoso para el comercio gringo, que en países como Colombia, tal y como ocurre con otro tipo de celebraciones como el Halloween, ha ido calando con gran aceptación en los sectores comerciales, al punto de que hoy en día y desde hace algunos años, sea común que se celebre una versión criolla: el Viernes Negro.

Aprovechando la ocasión, centros comerciales, supermercados, entre otras empresas, de la misma forma que ocurre en Norteamérica, utilizan el Viernes Negro para comercializar lo que no han podido vender a lo largo del año, sacar promociones, extender los horarios hasta altas horas de la noche y contagiar a quienes esperan con ansias la época de fin de año. Para los críticos más aguafiestas, aquella manifestación no es más que una agradable forma de endeudar a la gente y crear necesidades consumistas, cosa que resulta siendo en parte cierta, pero para otros y desde diferentes miradas como por ejemplo la de los comerciantes, el último viernes de noviembre se convierte en la oportunidad perfecta para vender y vender.

Para nadie es un secreto que en Colombia si hay un sector golpeado por las nefastas políticas económicas del Gobierno nacional, es el del comercio, y si no fuera por el empuje y emprendimiento de muchos de sus representantes, al igual que del apoyo de entes como las cámaras de comercio y las agremiaciones, estarían en graves apuros. Hoy reconociendo también la incapacidad no por gusto, sino por falta de acompañamiento gubernamental, que tiene el comerciante colombiano para vender y exportar sus productos, eventos como el Black Friday colombiano se convierten en la oportunidad perfecta para dinamizar la economía, generar utilidades y brindar un día de esparcimiento cultural, a quienes animados salen en búsqueda del regalo perfecto para sus seres queridos, a un precio cómodo y más accesible que en otros días del año.

Para los gustos los colores, dice un dicho, y tal y como ocurre con la Semana Santa, el Día de San Valentín o Amor y Amistad, el Halloween, entre otro tipo de celebraciones, cada uno habla como le va en la fiesta y según lo que crea y quiera. En Ibagué y el Tolima, y en donde no somos ajenos a la proclamación del Viernes Negro, esperamos que el evento que incluye el popular “trasnochón” en diferentes centros comerciales, las cosas transcurran en completa calma y seguridad, y lo más importante, nuestros vendedores y comerciantes, no solo los grandes, sino quienes han emprendido algún negocio o mypime, también puedan sacarle provecho.

REDACCIÓN EDITORIAL

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