El otro gran elefante blanco de Ibagué

Aquí el tema no es si Luis H., Mestre y el gordo Arciniegas siguen en la cárcel, o si el gobernador o el alcalde lideran el proceso de entrega de las obras, pues eso no le va a devolver a los deportistas sus escenarios, sino que nos devuelvan la plata.

Se haga una bolsa común, y podamos con ello, empezar de cero, reconstruir y sacudirnos de tanta alimaña disfrazada de contratista o interventor que desangran el erario. 

Sanciones y resultados de las investigaciones es lo que los ibaguereños hemos venido pidiendo con los sonados casos de corrupción que aquí se han presentado. El tema de los Juegos Nacionales ha arrojado sanciones disciplinarias y penales, pero las fiscales aún siguen siendo escasas para todo lo defraudado, que hoy nos tiene no solo sin los escenarios, sino sin la esperanza de verlos pronto de nuevo en pie.

Sin embargo, la semana anterior, la Contraloría General dio a conocer el fallo sancionatorio en contra de los contratistas del otrora penal o Panóptico, el cual fue el preludio del nido de corrupción que se vendría más adelante con las Piscinas y el Parque Deportivo, y en total serán 1.239 millones de pesos los que deberá reintegrar la sociedad compuesta por Víctor Armando Cortés, Sonia Luz Álvaro Calvache, y Jaime Garzón Chica, a quien ese nombre, pareciera quedarle grande.

Aunque, se valora el hecho de que por fin y luego de tanto tiempo los organismos de control intervengan para establecer responsabilidades financieras en semejante elefante blanco, el monto no representa ni la mitad del dinero contratado, suma que llegó a los 5.100 millones de pesos, ni constituye ninguna sanción, pues solamente se les está pidiendo la devolución de lo que quedó mal hecho. Es de recordar que, en el caso del Panóptico, se pretendía reconstruir un bien del municipio declarado monumento nacional en 1997, por su historia y lo que significó aquella cárcel durante más de 120 años, pero esa buena intención, terminó reducida a un trabajo mal hecho, con errores en la estructura de la cubierta, materiales incompatibles, daños en los mismos, y pañetes y pinturas, y algo más evidente aún, los materiales de obra que tienen una garantía mínima de 10 años, no duraron siquiera los tiempos de entrega.

Aunque ese dinero, probablemente, sea como quitarle un pelo a un gato para los mencionados contratistas, al menos en algo les devuelve la dignidad a los ibaguereños, y vuelve a poner en el ojo de la opinión pública y las dirigencias políticas, el tema del Panóptico, el cual más allá de los capítulos de un afamado programa de televisión nacional, no ha sido utilizado como se hubiera esperado, precisamente por los daños que se evidencian en las fachadas y acabados.

Sea esta la oportunidad de solicitar nuevamente a las autoridades nacionales, a los organismos de control y a las dirigencias políticas habidas y por haber, que Ibagué, a hoy, sigue sin sus escenarios deportivos, y sin que los ladrones que se llevaron la plata por los adefesios que intentaron construir, devuelvan algo, y respondan como deberían responder.

Aquí el tema no es si Luis H., Mestre y el gordo Arciniegas siguen en la cárcel, o si el gobernador o el alcalde lideran el proceso de entrega de las obras, pues eso no le va a devolver a los deportistas sus escenarios, sino que nos devuelvan la plata, se haga una bolsa común, y podamos con ello, empezar de cero, reconstruir y sacudirnos de tanta alimaña disfrazada de contratista o interventor que desangran el erario.

REDACCIÓN EDITORIAL

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