Desde 1969 se celebra en el mundo el Día Internacional del Orgullo Gay, coyuntura que con el pasar del tiempo, fue ampliando su significado para integrar personas no heterosexuales, en lo que hoy conocemos como la comunidad Lgbti, y de la cual se estima que representen entre el 1 y 6% de la población mundial.
La fecha estipulada para el 28 de junio, cada año rememora un evento de reivindicación social ocurrido en Nueva York, en un bar en el que miembros de la comunidad gay, en la década de los años 60, debían esconderse como delincuentes para divertirse.
Aquella madrugada de 1969, la Policía como era costumbre irrumpió en el lugar para requisar a todo aquel que allí estuviera, y maltratarlo y apresarlo en caso de que un hombre fuera vestido como mujer. No obstante, la historia dice que aquella noche, en el bar Stonewall, más que los disturbios y la batalla que dieran quienes allí se encontraban, surgió un sentimiento de orgullo y defensa de identidad, que, hasta el día de hoy, ha trascendido fronteras y continentes, generando una lucha social que ha terminado con cientos de derechos adquiridos en su beneficio.
Quizás el primer triunfo de la comunidad gay en el mundo, fue justamente aquella madrugada, en donde a diferencia de otras, salieron victoriosos. Más adelante vinieron otro tipo de derechos, como aquel de no ser considerados como pacientes psiquiátricos, entre otras cosas, y que actualmente, han derivado en el reconocimiento de derechos de pareja, matrimonios, e incluso, en algunos países, adopción de niños.
En Colombia, si bien la Corte Constitucional, de manera paulatina, ha ido combatiendo la discriminación de nuestro ordenamiento jurídico, todavía hace falta que los colombianos, principalmente los más radicales, dejen a un lado los prejuicios. La unión marital de hecho, la pensión de sobreviviente, el matrimonio y el reconocimiento de las personas transexuales, son algunas de esas victorias que, aunque polémicas para muchos, no deberían ser objeto de odio.
El domingo pasado, la marcha del orgullo Lgbti, agolpó miles de personas en nuestro país, e incluso empresas del sector privado, se unieron a la misma, a través de mensajes de apoyo y respeto. Por ejemplo, la expectativa de vida de una persona trans en América Latina es de 35 años, y actualmente la cultura discriminatoria sigue latente en todo el mundo, sometiendo a los miembros de dicha comunidad al matoneo.
¿Sabrá distanciarse el presidente electo Iván Duque, de las conductas discriminatorias y ofensivas en contra de las personas homosexuales, por parte de personajes que lo rodearon en campaña como Viviane Morales y Alejandro Ordóñez? Esperamos que sí, pues de no hacerlo, la visión de líder joven y moderna que quiere transmitir, se quedaría solamente en palabras y frases bonitas.
Comentarios