Aquel verbo conjugado recientemente por el alcalde de Ibagué, hoy parece tener sentido y explicación. Los ibaguereños en definitiva tendremos que “chillar” viendo la pretensión de la administración local, de endeudar al municipio con un empréstito de 40 mil millones de pesos, con el fin de financiar los escenarios deportivos, pero además de ello, de completar con recursos del impuesto predial del año entrante, para ese propósito.
La noticia no deja de ser desalentadora, teniendo en cuenta, que, aunque se robaron una gran cantidad de dinero, actualmente existen unos recursos de la Gobernación, Coldeportes y la misma Alcaldía, para tal fin, y que debieran ser suficientes para la culminación de las obras.
Según Juan Espinosa, Secretario de Hacienda de Ibagué, actualmente hay recursos por 30 mil millones de pesos, entre las sanciones a los contratistas y los recursos aprobados al gobierno pasado, pero es necesario gestionar un crédito, y completar con el cobro del Predial que terminaremos pagando los ibaguereños, mientras que, a los responsables del desfalco, les reducen la pena por más de ocho años.
Aunque el tema de los escenarios, resulta siendo una necesidad imperiosa, no solo para los deportistas, sino para la comunidad en general, la forma de recuperar los mismos, pareciera exagerada y genera varias dudas, sobre todo porque en principio, el valor expresado por el alcalde era menor, y no los 170 mil millones de pesos de los que hoy se habla.
Lo inadmisible, resulta siendo, que además de las demoras, y del corto tiempo que tiene la administración para conseguir dichos recursos y ejecutarlos, tiene que ver con que, finalmente seremos todos los ibaguereños, quienes tendremos que asumir, las gracias de los ladrones y corruptos, que no han devuelto todo lo sustraído.
La otra duda que existe, es que ante la negativa del alcalde Jaramillo de liquidar los convenios con quienes incumplieron, Coldeportes lo haga unilateralmente, y aquello termine de quitarnos recursos que supuestamente estaban asegurados para dichas obras.
¿Será suficiente un año que queda de gobierno Jaramillo, para recaudar dinero, licitar obras, y sobre todo entregarlas? ¿Vale la pena endeudar al municipio, y subirle los impuestos adportas de una campaña política, a sabiendas que los escenarios, por simple y llano cálculo, no estarán listos en lo que queda de gobierno?
Que no salga peor la cura que la enfermedad, pues para el complejo acuático de la 42, se requieren 20 mil millones de pesos, y solo se tienen seis mil.
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