Retomen las clases

¿Cuándo se irán a graduar, aquellos encapuchados parásitos que “estudian” y viven en la Universidad del Tolima desde hace más de diez años, y que se alimentan del caos y la desestabilidad de la misma?

Hemos sido solidarios con la situación de los estudiantes en Colombia, porque creemos firmemente, que la educación es un pilar fundamental de la sociedad. Un pueblo educado, no solo podrá superarse profesionalmente y aportarle al país desde cualquier campo de acción, sino también, representa el avance de la superación de las enormes brechas sociales que se viven en América Latina, y especialmente en Colombia.

Reconociendo que históricamente los presupuestos para tal fin, han sido escasos en nuestro país y que los gastos de guerra han incluso triplicado los montos de funcionamiento de las universidades públicas, en los últimos días, y en parte gracias a la presión de los estudiantes, profesores y líderes de opinión, se logró que toda Colombia se volcara en favor de la educación superior pública. Debido a ello, el gobierno del Presidente Duque, tuvo que replantear los presupuestos, y agregarle un billón de pesos para la próxima vigencia, además de la promesa de garantizar 36 mil millones de pesos en el próximo cuatrienio.

Sin embargo, y pese a la buena voluntad, sea por conveniencia o no, que el Presidente mostró, logrando hacer un acuerdo con los rectores de las principales universidades públicas, representantes estudiantiles no han cesado las protestas, y en el caso de la Universidad del Tolima, lamentablemente hubo que suspender el semestre.

Según se conoció, por cuenta de la negativa del movimiento estudiantil en terminar clases normalmente, el Consejo Académico de la UT, decidió aplazar los tiempos, y la fecha de terminación del semestre B 2018, será del 14 de enero al 8 de febrero de 2019.

Así las cosas, y teniendo en cuenta la crisis financiera que ha venido superando la Universidad del Tolima, esa modificación hecha, y de manera casi que obligada, le representa un problema más a las directivas. Que no se termine el semestre con normalidad, implica que tampoco se abran matrículas tanto de estudiantes nuevos como antiguos, y aquello representa un faltante de dinero con el que se cuenta normalmente, y que la UT tenga problemas a la hora de cuadrar caja a fin de año, pagar salarios, primas, entre otras cosas.

Además de lo anteriormente mencionado, llama la atención que pese a lo hasta ahora logrado durante este paro, no solo económicamente, sino en espacios y apoyos ganados por los estudiantes, los mismos, no reconozcan que no solo el gobierno, sino también sus propios rectores y profesores, han trabajado conjuntamente con el fin de llegar a un feliz término.

Nadie más que ellos mismos son quienes se perjudican cancelando clases, cerrando puertas y generando choques con la Policía, y más allá de eso, es claro, que las victorias se dan en otro tipo de escenarios, más allá de la papa bomba y el Esmad.

¿Cuándo se irán a graduar, aquellos encapuchados parásitos que “estudian” y viven en la Universidad del Tolima desde hace más de diez años, y que se alimentan del caos y la desestabilidad de la misma?

REDACCIÓN EDITORIAL

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