¿En cuerpo ajeno?

Esta no puede ser otra que la de avanzar hacia la solución de los problemas del Departamento y hacia la construcción de un futuro mejor y más promisorio para los tolimenses.

En el imaginario de muchas personas está arraigada la idea de que tanto el nuevo Gobernador como el Alcalde de Ibagué fueron puestos con la maquinaria política del Gobernador saliente.

Señalan algunos que, supuestamente, este aspira a conservar el manejo total de la región, como en aquellos tiempos de caciques que no queremos recordar. Uno de sus primos es Senador y ahora intenta formar a un sobrino en alguna de las comisiones de Empalme. Además, con Olga Lucía Alfonso, elegida en Cortolima, su movimiento concentrará mucho más poder.

Sienten muchos opinadores que los recién llegados estarían entonces en sus cargos bajo la forma de gobernar en cuerpo ajeno. Sin duda, sus planes de gobierno fueron inspirados por las ideas del Gobernador saliente. Ahora, será la ciudadanía y los órganos de control los responsables de vigilar que estos se cumplan y que el Tolima pueda seguir avanzando sobre lo ya construido.

Pero, también sentimos que, al contrario, esta sería la oportunidad para que los tolimenses conozcamos a los nuevos gobernantes por su independencia, su capacidad de tomar las mejores decisiones en beneficio de las comunidades, y por su habilidad de unir esfuerzos con generosidad y disposición de trabajar juntos.

Esperamos que sus equipos de gobierno estén constituidos por personas idóneas, transparentes, respetuosas de la ciudadanía y que efectivamente contribuyan a cumplir la promesa de combatir el clientelismo y la corrupción, tal como lo han reiterado en sus respectivas campañas.

El siglo XXI avanza y el cambio es un imperativo, mucho más en un país donde la concentración de la riqueza, la inequidad social, la corrupción y la politiquería se agudizan y se constituyen en el principal alimento de la violencia.

El gobernador Barreto, después de haber terminado una gestión importante, lejos de las administraciones seccionales podría cumplir la tarea de contribuir a la reconfiguración, renovación y fortalecimiento del partido Conservador, hoy debilitado y desdibujado en el Tolima y en el ámbito nacional. El país necesita partidos políticos sólidos, con una ideología clara, con ideas coherentes y sintonizados con los tiempos que corren.

El Tolima necesita un cambio. No más odios ni excesos de poder. Trabajemos todos, el sector público, el privado, las universidades, los medios de comunicación y toda la ciudadanía, en la misma dirección. Esta no puede ser otra que la de avanzar hacia la solución de los problemas del Departamento y hacia la construcción de un futuro mejor y más promisorio para los tolimenses.

REDACCIÓN EDITORIAL

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