El toque de queda en Ibagué

No sabemos si comenzó, ahora sí en serio, el pico más alto del Covid-19; lo que sí es claro es que mientras no haya respeto por las normas y disciplina social seguiremos con medidas cada vez más draconianas.

A escasas horas de empezar a regir la medida, el alcalde de Ibagué, Andrés Hurtado, anunció el toque de queda desde la 7:00 de la noche del viernes 24 hasta las 5:00 de la madrugada del lunes 27 de julio.

Ciudades como Medellín, Soacha y otras, tomaron medidas de confinamiento similares. Eso sí, con una marcada diferencia: Informaron desde hace varios días a los ciudadanos para que estos adoptaran también sus propias acciones. Así las cosas, las medidas de aislamiento preventivo fueron acogidas y no quedó en el ambiente el accionar de un gobierno con falta de planificación y con algunos brochazos de improvisación.

Pero más allá de la forma, lo que importa es el fondo. El toque de queda, la ley seca y la restricción de circulación de motocicletas en la noche buscan preservar la vida, evitar los contagios, contener la pandemia y cuidarnos a todos.

Ibagué había logrado cercar el virus, hasta hace una semana. Luego, empezó el rebrote del patógeno. El lunes se registraron 17 casos, el martes 29 casos, el miércoles 26 infectados, y el jueves 9 casos. Es decir, decenas de nuevos contagios que sitúan a la capital tolimense como el segundo foco de la pandemia en este territorio, después de Espinal.

Este fin de semana sólo estarán abiertas las tiendas de abastecimiento, hospitales, las plazas de mercado, supermercados y restaurantes a domicilio. Una persona por familia, que no tenga restricción de pico y cédula, podrá salir a mercar. No sabemos si comenzó, ahora sí en serio, el pico más alto del Covid-19; lo que sí es claro es que mientras no haya respeto por las normas y disciplina social seguiremos con medidas cada vez más draconianas.

EL NUEVO DÍA

Comentarios