Uno de los dolores de cabeza de Ibagué es el de la movilidad. Sin darnos cuenta, la ciudad pasó de tener vías poco transitadas, en donde gran parte del parque automotor era de servicio público, a unas congestionadas avenidas, en especial en las horas pico. La razón principal fue el aumento exponencial de los carros particulares y motos, mientras que las vías no crecieron en la misma proporción. El aumento de los vehículos particulares, especialmente motocicletas, afectó el transporte público por lo cual el número de viajes, en especial en el colectivo, ha decrecido de manera considerable. Además, este no es un servicio amigable y muchos ciudadanos, de pocos y medianos ingresos, prefieren comprar una moto, un vehículo poco seguro, pero muy eficiente para movilizarse de manera rápida y a un costo muy bajo, a más de ser fuente de ingresos y servir como transporte familiar. Por ello vemos que las busetas circulan con dos o tres pasajeros en las horas valle.
La Alcaldía trabaja desde hace más de doce años en el Sistema Estratégico de Transporte (Setp), diseñado para ciudades intermedias como la nuestra, que tiene como objetivo hacer el transporte público más eficiente. El mes pasado el Gobierno nacional le dio la viabilidad al 70% de los recursos para la implementación del Sistema, con lo cual se aseguró su ejecución. A este proyecto se ha sumado el de la Unión temporal STMI que expuso su propuesta de construir en Ibagué un metro ligero que operaría con vehículos eléctricos.
Los proponentes ya cuentan con los estudios de prefactibilidad y plantean que la obra se ejecute por medio de una asociación público privada en que los particulares conseguirían los recursos y operarían el sistema. El proyecto fue presentado el año pasado ante la Alcaldía y este año de nuevo a la administración actual. Además, sería un complemento del Sistema Estratégico de Transporte Público, según dicen los proponentes.
El gobierno local habrá de efectuar una cuidadosa evaluación de la propuesta, valorar su seriedad y viabilidad; analizar las ventajas y desventajas, determinar los beneficios a largo plazo, valorar su impacto en la movilidad y, con base en ello, tomar la mejor decisión para la ciudad. Pero, el primer paso es atender a los gestores del proyecto y escuchar su propuesta.
Comentarios