Retorno seguro, también en el transporte escolar

A la buena noticia de las clases presenciales hay que añadir el recordatorio de que la Covid-19 aún está presente, y por ello es necesario conservar las medidas de autocuidado en todos los espacios escolares. 

El de los colegios fue el último de los regresos a la normalidad, después de cerca de dos años de clases a distancia, que obligó a que otras actividades, derivadas de la presencialidad en las aulas, también se paralizaran. 

Uno de los sectores que más se resintió por las restricciones que impuso la pandemia fue el del transporte escolar. Quienes se dedicaban a estas labores debieron guardar sus vehículos y esperar hasta que su trabajo fuera autorizado de nuevo; muchos no lograron asegurar el sustento de sus familias y por eso debieron dedicarse a otras actividades. 

En Ibagué hay cerca de 650 vehículos que prestan ese servicio y que después de esta parálisis prolongada, ven con buenos ojos la reactivación. Sin embargo, también existe preocupación en el gremio, debido a los altos costos que deben pagar para poder cumplir las normas del Ministerio de Transporte y recuperar sus carros que permanecieron guardados por tantos meses. Voceros del gremio en esta ciudad calculan que algunos propietarios deben invertir cerca de cuatro millones de pesos para ponerse al día con el pago de seguros, revisiones y efectuar reparaciones.

El Ministerio de Transporte, por su parte, anunció “rigurosos” operativos de control para los vehículos que prestan este servicio especial, teniendo en cuenta que los pasajeros son niños y adolescentes, cuyas vidas e integridad física deben ser protegidas de posibles accidentes de tránsito. También anunció sanciones y multas hasta por 700 salarios mínimos para aquellas empresas que no tengan la documentación en regla o cuyos conductores no respeten las normas de tránsito. Así mismo, destacó la importancia de cumplir la revisión tecnomecánica obligatoria, pero, además, verificar a diario el estado de los vehículos.

Contrasta esta rigurosidad en la aplicación de la normatividad en las zonas urbanas del país, con la realidad del campo que es bien diferente; en las áreas rurales miles de estudiantes deben transportarse en condiciones difíciles, colgados en la parte posterior de un campero de transporte público, que no reúne requisitos que exige el Ministerio para este servicio. 

A la buena noticia de las clases presenciales hay que añadir el recordatorio de que la Covid-19 aún está presente, y por ello es necesario conservar las medidas de autocuidado en todos los espacios escolares.

Redacción El Nuevo Día.

Comentarios