En su declaración oficial durante la visita del presidente Iván Duque, Joe Biden ratificó por escrito lo que desde hace varias décadas ha ocurrido en la praxis política, e incluso militar, y es que nuestro país es uno de los aliados más importantes de Estados Unidos, no sólo porque siempre hemos tenido las mejores relaciones diplomáticas, sino porque la importancia geopolítica de Colombia en la región es innegable, lo cual ha hecho que los lazos entre ambas naciones hayan trascendido hacia terrenos tan variados como el comercio, la investigación científica o el diseño de estrategias multilaterales.
“(...) Eso es lo que es Colombia, un gran aliado de Estados Unidos y esto es un reconocimiento de lo cercana y única que es la relación entre los dos países”, fue la declaración del presidente Biden. Sin embargo, la misma hay que entenderla clara y específicamente en el contexto de la inestabilidad mundial que se produjo con el comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania. Lo que, en términos más concretos, anunció el presidente estadounidense fue la designación de Colombia como aliado principal extra Otan, estatus que ahora compartimos con otras 17 naciones en el mundo.
Pero antes que honores, lo que está pactándose en los cinco continentes son nuevas alianzas o la ratificación de las antiguas, para tomar posición y ajustar estrategias regionales frente a las proyecciones de una generalización de la conflagración desatada en la frontera ruso-ucraniana, que se mantiene restringida a esa zona, hasta ahora. Previamente Estados Unidos se reunió con el gobierno de Nicolás Maduro, en Venezuela, lo cual tampoco puede interpretarse como un acercamiento diplomático, sino que se enmarca en una variable económica relacionada con el petróleo.
Al verse de nuevo frente a una posibilidad cierta de guerra, los países se vuelven pragmáticos y esto hace que la política y la diplomacia se muevan a velocidades inauditas. Estados Unidos conversó con Venezuela y Colombia en el término de una semana, lo que era impensable hace solo un mes, y estos son hechos que, atados también al desenvolvimiento de las hostilidades en Ucrania, tendrán posiblemente unas réplicas en las relaciones entre los dos países que ahora están mediatizadas, por la nueva tensión mundial. Si, a instancias de las acciones estadounidenses, vamos hacia un acercamiento o un distanciamiento mayor entre Colombia y Venezuela, no es posible determinarlo ahora, lo cierto es que hay grandes fuerzas en conflicto que posiblemente harán que se mueva lo que por casi 10 años ha estado estancado.
Comentarios