Urgen acciones por la salud mental de los ibaguereños

La Procuraduría, así mismo, hizo un llamado para que las autoridades involucradas revisen las actuaciones que adelantan y ajusten aquello que sea necesario en aspectos como protocolos y lineamientos para salvar vidas.

 

El suicidio es un problema de salud pública que en algunos países no recibe la atención necesaria por parte de las autoridades, lo cual lleva a que sea un tabú en la sociedad y a que existan barreras para ayudar a las personas en riesgo. Es necesario crear conciencia en torno a esta situación que afecta a los individuos, pero también a las familias y las comunidades.


Después de la pandemia, muchas más personas pasaron por situaciones de pérdida, sufrimiento y estrés, y reconocieron que su salud mental empeoró. Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), este es un problema “urgente” de salud pública y por ello en su abordaje es fundamental un enfoque multisectorial, en el que se debe involucrar toda la sociedad.


En Ibagué se está registrando una situación que amerita la atención de las autoridades y que estas no han respondido de manera efectiva. Se trata de la protección a la vida en el puente de la Variante. La ausencia de acciones para llevar a cabo adecuaciones físicas, vigilancia permanente y señalización que eviten los suicidios en este lugar llevó a que la Personería de Ibagué y la Procuraduría Regional interpusieran una acción popular en contra de la Alcaldía, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y otras entidades para que ejecuten obras y acciones de prevención. La Procuraduría, así mismo, hizo un llamado para que las autoridades involucradas revisen las actuaciones que adelantan y ajusten aquello que sea necesario en aspectos como protocolos y lineamientos para salvar vidas.


De acuerdo con la OPS, muchas de las estrategias que se pueden implementar no representan grandes inversiones de recursos, pero es necesario que se aborden de forma integral y desde múltiples sectores; entre estas se encuentran la promoción de la salud mental en los espacios escolares, laborales y comunitarios; la entrega de ayuda con personal de atención capacitado, por vía telefónica o a través de las redes sociales; la formación de profesionales de la salud (médicos y enfermeras) en el tema de salud mental, lo mismo que la capacitación de otros actores como policías, docentes, líderes comunales, sacerdotes y periodistas; el establecimiento de programas especiales para grupos vulnerables y de alto riesgo y la restricción de los métodos letales, como, en este caso, la adopción de medidas en el puente de la variante.


Estamos de acuerdo con la OPS: “Todos nosotros, familiares, amigos, compañeros de trabajo, miembros de la comunidad, educadores, líderes religiosos, profesionales de la salud, funcionarios, políticos y gobiernos, podemos tomar medidas para prevenir el suicidio”.

El Nuevo Día

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