¿El acueducto complementario será la solución?

Para garantizar un correcto funcionamiento del acueducto requerirá, sobre todo, de una buena administración.

El próximo viernes el alcalde de Ibagué, Andrés Hurtado, y la alcaldesa entrante, Johana Aranda, efectuarán una visita a las obras del acueducto complementario.

Este proyecto, del que se habla desde hace más de 25 años, es la esperanza para los ibaguereños de contar con un servicio que no se suspenda cada vez que llueve; para habitantes de los barrios del sur de tener agua potable, lo mismo que para los barrios de la comuna 9, una zona de expansión urbanística por ahora desabastecida.

El Ibal surte gran parte de la ciudad con la captación del río Combeima y la quebrada Cay (que aportan 1.500 litros por segundo a la planta de tratamiento de La Pola) y la bocatoma de Chembe que abastece parte de la comuna 7. No obstante, estas fuentes tienen el inconveniente de que, cuando se registran fuertes lluvias, el agua se enturbia y es necesario suspender la captación por horas o días. Esto hace que no exista continuidad en el servicio que requiere la ciudad.

El proyecto del acueducto complementario, que aportará 800 litros por segundo adicionales al sistema de tratamiento del Ibal, con agua del río Cocora, ha estado inmerso en la controversia desde el comienzo. Durante la administración de Álvaro Ramírez Gómez (1995-1997), se ejecutaron las primeras obras con la construcción de la bocatoma en el Cocora, una inversión malograda, ya que estaba sobre una falla geológica y al poco tiempo quedó sepultada por un deslizamiento.

El proyecto se retomó años más tarde y ha sufrido parálisis, adiciones y retrasos. Además, se cambiaron diseños, y más recientemente la Contraloría Municipal adelantó una auditoría al contrato celebrado en 2022 por cerca de 25.000 millones de pesos para desarrollar la Fase 2 del proyecto. El ente de control fiscal reportó hallazgos por cerca de mil millones de pesos y determinó que algunos de los trabajos se ejecutaron sin contar con los permisos requeridos.

En la actualidad, se están llevando a cabo las obras complementarias para llevar el agua del Cocora a los tanques del Ibal y al tanque de la Fiscalía (este último se espera que surta gran parte del sector de Picaleña, el más afectado por la escasez de agua).

A los ibaguereños les han informado que el acueducto complementario será la solución a la deficiente prestación del servicio, en especial en épocas de lluvia. Pero, garantizar un correcto funcionamiento del acueducto requerirá, sobre todo, de una buena administración.

El Nuevo Día.

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