La conservación patrimonial del Real de Minas de Santa Ana, lo que se conoce como Ciudad Perdida, en Falan (norte del Tolima), inquieta a docentes y estudiantes vinculados a dos grupos de investigación de la Universidad de Ibagué.

Es así como el ingeniero electrónico Harold Fabián Murcia Moreno y el arquitecto César Augusto Velandia Silva, líderes de D+TEC y Rastro Urbano, respectivamente, empezaron un ejercicio de reconstrucción tridimensional que permitirá tener más herramientas para su preservación.

La actividad fue apoyada por los jóvenes investigadores Sandra Milena Alba y Alejandro Aldana, así como por la estudiante Sofía Medina, integrante del semillero Paisajes Culturales del Tolima.

Una de estas herramientas claves es el faro escáner Lidar, desarrollado en el Laboratorio de Automatización de la Institución, con el que se puede tomar registro completo, en escala 1:1, de alturas, profundidades, distancias, longitudes, áreas y volúmenes en superficies a cielo abierto.

Luego del procesamiento con el software CloudCompare, se documentó de manera digital mediante nubes de puntos de estas estructuras cargadas de memoria arqueológica. Proceso que se desarrolló en vista de la escasa intervención para preservar las estructuras físicas y, con ello, toda su historia patrimonial.

Son más de 3’445.000 puntos tomados en el área.

¿Qué se quiere lograr?

De acuerdo con Velandia, este trabajo se deriva de un estudio (2019) con el docente e investigador Jhony Carvajal, adscrito a la Universidad del Tolima, con el fin de recuperar la importancia de los reales de minas como modelo sistemático de expansión colonial desde el siglo XV en el Tolima.

Este Real narra la amalgama de materiales mineros procedentes de lugares de extracción de plata y oro de la provincia Mariquita, aledaños a Falan, a partir del siglo XVI, y que fueron procesados en el sitio en virtud de su riqueza hídrica.

“El sitio, incierto y carente de estudios suficientes para su valoración y su conservación, no ha sido reconocido como un símbolo representativo para el municipio y el departamento, situación por la que, a pesar de su potencial, no tiene garantías para su conservación.

 Del fortalecimiento de las potencialidades del sitio patrimonial, la población y sus visitantes pueden acceder a procesos de apropiación social y cultural, de participación en el desarrollo del turismo cultural y de educación”, sostuvo Velandia. 

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