Avistamiento de aves, otro motivo para preservar el Centenario

Suministrada / EL NUEVO DÍA
Crédito: Suministrada / EL NUEVO DÍALos “pajareros”, en su recorrido por el Centenario son acompañados por la Policía de Turismo, para brindarles seguridad.
El avistamiento de aves es una afición que se ha popularizado en nuestro medio en los últimos años.
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Esta práctica dejó de ser monopolio de los ornitólogos y ahora cualquier ciudadano puede apasionarse por la “pajarería”. Con un ingrediente adicional y ventajoso, Colombia es el país que cuenta con la mayor cantidad de especie de aves registradas (1.954), que representan el 20% de las existentes en el mundo.

La “pajarería” surgió como una forma de conocer los hábitats de estos animales, pero más tarde se comprendió la importancia de la supervivencia de las especies para la biodiversidad. Cada año se cumple el Global Big Day, a través del cual se registra la mayor cantidad de aves posible en un periodo de 24 horas. Este es un evento de la denominada ciencia ciudadana, que permite al público sin conocimientos científicos participar en investigaciones colaborativas, por medio de la formulación de problemas, la recolección de información y la ejecución de un proyecto investigativo.

El Global Big Day es promovido por la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, que a través de una plataforma posibilita que los “pajareros” de todo el planeta registren las especies que vieron. Estos datos son públicos y les brindan herramientas a los gobiernos y a las entidades para tomar decisiones sobre la protección de los ecosistemas. Esta información es valiosa, igualmente, para los operadores de turismo, ya que se pueden trazar rutas para “pajarear” y organizar planes atractivos para los aficionados, a lo largo y ancho de una región.

Ibagué es una de las ciudades en las que se lleva al cabo el Global Big Day. Además, Cortolima organiza desde 2015 el Festival de Aves, como una forma de promover el aviturismo en el Departamento.

En este marco hay un protagonista ignorado, pero que se halla a la vista de nuestros ojos. El parque Centenario es un lugar ideal para la observación de aves y de ahí la urgencia de proteger este ecosistema que se encuentra en pleno centro de la ciudad y que, a más de ser un pulmón verde, es un lugar biodiverso que se debe preservar.

Aves

Claudia Guerra reside cerca al Centenario y es miembro de la Asociación Tolimense de Ornitología. En la pandemia comenzó a hacer un monitoreo de las aves del parque, en el marco del Big Global Day, pues su patio colinda con el Centenario. En su seguimiento ha contabilizado 86 especies, 15% de ellas migratorias. Estas últimas efectúan un recorrido anual entre el norte y el sur del continente, como las águilas cuaresmeras, que se pueden observar en el parque en el pico migratorio. “No llegan a instalarse porque necesitan unos ecosistemas más conservados”, pero sí pueden apreciarse, pues usan los árboles como tránsito. Otras especies que son más pequeñas sí necesitan árboles que enlacen ecosistemas y el parque conecta la cuenca del Combeima con el valle del Magdalena, por lo cual se puede apreciar la migración de las aves locales, como barranqueros, guacharacas, carpinteros reales, que son aves de montaña del clima cafetero, pero también llegan aves de bosque seco, como el carriquí, entre otras especies.

“A pesar de los edificios, de todo lo que se ha construido y de los árboles que se han cortado, el parque sigue cumpliendo una función biológica que, si se promoviera o se restaurara, lograría colaborar con el ecosistema. Somos conscientes de que el cambio climático nos está perjudicando”, por lo cual es necesario actuar, afirma Claudia Guerra. “Hay que pensar en la forma de arreglar esos paisajes y poder convivir con ellos, recuperar el humedal que existía, diseñar pensando en las funciones biológicas y ecosistémicas que cumple el parque”, añade.

Los vecinos y los demás ibaguereños que hacen ejercicio y luego se van para el trabajo reciben unos beneficios adicionales al escuchar las aves y sentir la vida en el parque. Es una cuestión de salud mental y física. Es la oportunidad de que los ciudadanos, en su rutina diaria, puedan observar este tipo de aves sin salir de la ciudad, expone Claudia Guerra.

Sin embargo, Claudia expresa su preocupación, porque después de que los samanes fueron talados y de que un guamo que se halla cerca a la calle Sexta se secó, ha notado que ya no se aprecia el mismo número de especies.

El trabajo de Claudia es prácticamente solitario, aunque cuenta con el apoyo de la Asociación Tolimense de Ornitología y con la Policía de Turismo que la ha acompañado en algunas salidas a “pajarear” con grupos de aficionados.

El próximo 10 de marzo se realizará la Feria Vive Centenario que tiene por objeto hacer visible la importancia del parque en la vida ciudadana y movilizar a la gente en favor de su protección. Se cumplirán actividades como charlas, presentaciones musicales y ventas de comida para que haya más gente con un motivo para venir. Uno de los propósitos de ese día es realizar el monitoreo, con un grupo de aficionados, para tratar de obtener el registro de un colibrí que es endémico de Colombia.

El llamado es a que la Alcaldía, en su proyecto de recuperación del parque tenga en cuenta la riqueza biológica que se perdería, si no se conserva este ecosistema. De lo contrario solo será otra fría e inhóspita edificación de concreto.

 

Dato

Claudia Guerra comparte parte de su labor de registro en sus redes sociales:

https://www.facebook.com/tolimabiodiversa

https://www.tolimabiodiversa.com/

https://www.instagram.com/klawguerraruiz?igsh=MW9mZWRpd3dkZXpsOQ==

Aves

Credito
Martha Myriam Páez Morales. Especial para EL NUEVO DÍA

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