Por los hechos, la Fiscalía acusó a la gerente por los delitos de contrato sin el cumplimiento de requisitos legales y concusión. Según Cambio, Castillo contrató a Jennifer Perdomo que, para ese entonces, contactó a la hoy gerente en búsqueda de oportunidades laborales.

En aquel momento, Castillo era la representante de la Corporación Gestión Solidaria y Jeniffer Perdomo, practicante del corporado. 

Así las cosas, el contrato con el que se vinculó a Perdomo fue por prestación de servicios con una asignación mensual de 3 millones de pesos. Sin embargo, tal y como lo subraya Cambio, de los ingresos que devengaba la practicante, 500 mil pesos debían ser entregados como cuota a Castillo como ‘bonanza’ por haberle conseguido el empleo.

A su vez, Castillo fue designada como supervisora del contrato de Perdomo, a sabienda de que en el sector público, el pago de las cuentas de cobro depende del visto bueno del supervisor. 

A la fecha, la Fiscalía tiene registros de los movimientos financieros realizados entre agosto de 2017 hasta abril de 2018. Para más inri, Cambio señaló que la entonces practicante Perdomo debía realizar ‘mandados’ a Castillo como el pago de servicios públicos o agendar citas médicas para sus hijos. 

Sobre el 2018, Nidia Castillo abandona el rol de supervisora para asumir la gerencia de la Lotería de Bogotá. Motivada, Jennifer Perdomo le contó a su nuevo supervisor las circunstancias que habían rodeado su contrato durante la supervisión de Castillo, por lo que la motivó a denunciar las irregularidades contractuales y empezar un proceso en contra de la hoy gerente de la Lotería del Tolima. 

Así las cosas, A Castillo le imputaron el delito de celebración de contrato sin cumplimiento de requisitos legales por, aparentemente, y tal como lo precisa Cambio, haberse valido de su influencia para la entrega de contrato y ser designada como supervisora de los mismos. 

A su vez, la Fiscalía también acusó a Castillo por el delito de peculado por presuntamente haber constreñido a la contratista a que le entregara los 500 mil pesos mensuales, bajo la condición de no aprobar las cuentas de cobro de los honorarios de Perdomo en su contrato por prestación de servicios.