En la región de las Américas, anualmente se registra un aproximado de 240.000 nuevos casos y 112.000 muertes como consecuencia de esta enfermedad. Para 2020, en Colombia, la incidencia del cáncer colorrectal fue de 16.9 sobre 100.000 habitantes, siendo el tercer cáncer más común en el país.

Según el Instituto Nacional de Cancerología (INC), en el país el cáncer colorrectal es el segundo tipo de cáncer que más muertes produce en hombres (9,4%) después del cáncer de estómago; mientras que en las mujeres es el cuarto (6,8%) detrás del cáncer de mama, el cáncer de cuello uterino y el cáncer de estómago.

Factores de riesgo

El cáncer colorrectal se origina en el colón o en el recto cuando las células del cuerpo crecen de manera descontrolada. Y, aunque existen diferentes factores de riesgo para el desarrollo de este tumor, estos suelen ser agrupados en dos categorías: modificables y no modificables.

En los factores no modificables está la etnia, las enfermedades inflamatorias intestinales, los síndromes hereditarios del cáncer colorrectal o el ser hombre. Por su parte, los factores modificables se refieren al grado de consumo de carnes rojas y procesadas, la ingesta de alcohol y el tabaquismo, bajo consumo de vegetales y frutas, el sobrepeso o la obesidad.

Síntomas y signos

Al ser una enfermedad multicausal, el cáncer colorrectal tiene diferentes síntomas y signos en el cuerpo de quien la padece. Después del uso crónico de analgésicos antiinflamatorios no esteroideos, este tipo de cáncer es la causa gastrointestinal más común de anemia por deficiencia de hierro, presentándose en un 11-57% de los pacientes. La anemia por deficiencia de hierro en muchos casos sugiere la existencia de tumores o de masas palpables, especialmente en el costado derecho del colon.

El sangrado rectal es de los síntomas más comunes en pacientes con cáncer colorrectal. Sin embargo, no siempre está asociado a esta enfermedad, ya que existen otras patologías benignas que se manifiestan a través del sangrado. Por otra parte, presentar cambios en el hábito intestinal como la frecuencia en las deposiciones, la consistencia y forma de las heces y la dificultad para la evacuación pueden ser síntomas de esta enfermedad.

Existen síntomas inespecíficos, como el dolor abdominal. Este se presenta en un 45-90% de los pacientes con tumores proximales y en un 10-50% en pacientes con tumores distales. Si el dolor abdominal se adiciona a alguno de los otros síntomas y signos, se puede catalogar como un predictor positivo de presentar cáncer colorrectal.

Diagnóstico y tratamiento

Para confirmar si una persona padece o no de cáncer colorrectal, el diagnóstico abarca distintos exámenes médicos, en el que se encuentran la colonoscopia, la biopsia, la realización de diferentes exámenes físicos y exámenes de sangre, además de un análisis de la historia clínica del paciente.

Después de realizar el diagnóstico y de confirmar el grado de avance del tumor, el tratamiento puede ser quirúrgico o a través de medicamentos sistémicos. Algunos de los tratamientos quirúrgicos son la polipectomía, la escisión total o la colectomía, bien sea total o parcial. Por su parte, los medicamentos sistémicos se refieren a la administración de sustancias que viajan a través del torrente sanguíneo, influyendo en las células de todo el cuerpo.

“La prevención es fundamental, ya que permite la reducción de casos nuevos en los grupos poblacionales, además de ofrecer un oportuno tratamiento, en caso de padecer la enfermedad. Aunque no todos los factores de riesgo se pueden prevenir o evitar, sí existen factores de protección, que son aquellas acciones que se implementan con el objetivo de reducir la probabilidad de enfermar con cáncer. Evitar el tabaquismo, realizar ejercicio con regularidad y mantener una alimentación saludable son algunos de los factores de protección de cáncer colorrectal”, aseguró Juan López Madrid, director médico de Merck para Colombia y Ecuador.

La incidencia del cáncer colorrectal en América Latina y el Caribe ha aumentado en los últimos años, debido, principalmente, a cambios demográficos como los cambios en el estilo de vida, cambios en los patrones alimentarios y el incremento de la esperanza de vida. De hecho, se prevé que para el 2030, el cáncer colorrectal crezca un 60% en las Américas, con una incidencia aproximada de 396.000 nuevos casos al año.