¿Qué tiene que ver la convivencia ibaguereña con la salud mental?

Crédito: Natalia Gualanday / EL NUEVO DÍAÓscar Javier Arciniegas, psicólogo experto y promotor del foro ‘Tejiendo Redes por la Salud Mental de Ibagué’.
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Al interior de los hogares como en las calles de Ibagué, la convivencia juega un papel estratégico en las relaciones entre ciudadanos, hecho que influye en la salud mental de los ibaguereños según un grupo de psicólogos expertos.
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La convivencia ciudadana, reflejada en la cotidianidad ibaguereña, cumple un rol trascendente en el estado actual de la salud mental del municipio. A raíz de la discusión que se abrió en la ciudad, un grupo de psicólogos direccionó su interés en abordar la problemática de salud mental en el municipio, amén de escalar la discusión entre el rol de la ciudadanía y el Estado.

Los expertos, pertenecientes a organizaciones sociales como ‘Rescatando Vidas’, ‘Corporación Viendo mi País’, Centro de Estudios en Educación y Derechos Humanos, y el Colegio Colombiano de Psicólogos; consideran pertinente escalar el debate a la agenda política de la actual coyuntura electoral del presente año.

 

Debate sobre la convivencia

EL NUEVO DÍA: En una primera revisión, se entiende que la convivencia al interior de los hogares influye sustancialmente en el desarrollo humano, ¿cuáles son los puentes que se pueden tender entre la salud mental y la convivencia en un hogar?

Óscar Javier Arciniegas: Es importante tener en cuenta que, dentro de la definición de la salud mental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se establece que es la capacidad del ser humano para relacionarse. 

Cuando uno ve dentro del hogar que la mamá le pega un grito a su hijo, o que el esposo calla a la esposa, se puede decir que ahí ya hay una afectación mental porque se está fraccionando la relación que tiene la familia. La clave de la unión entre la salud mental y la convivencia es la forma en que nos relacionamos. Una relación sana no es que no tenga conflictos, sino que los resuelve adecuadamente.

 

E.N.D.: El hecho de no tener la capacidad de relacionarse con el otro de forma acertada, ¿qué consecuencias podrían gestarse desde lo individual y lo colectivo?

O.J.A.: Cuando está fraccionada la relación con algún miembro de la familia, lo que sucede es que se presentan momentos de tensión. Un hijo tiene preocupaciones en el colegio, por ejemplo, pero si la comunicación con el acudiente está fraccionada, él no podrá contarle lo que sucede en el colegio.

Si la convivencia está fraccionada, lo que hace el niño es elaborar inadecuadamente algún mecanismo para poder reaccionar en el colegio. Como consecuencia, tendrá que resolver las cosas solo, por lo que es probable que errará en el camino.

Otro ejemplo es la inconformidad entre parejas, que se agranda cuando no se llega al diálogo. Y cuando ocurre una situación que es detonante al interior de la relación, esta no se podrá contener por que la inconformidad crece y crece. A través del diálogo y la comunicación, las tensiones disminuyen y se maneja adecuadamente. 

 

E.N.D.: Se ve que en Ibagué, las violencias al interior de las familias son frecuentes, ¿cuál es su lectura del manejo del tema en la ciudad?

O.J.A.: En un informe de Medicina Legal, en Ibagué durante el 2021, más de 700 casos aproximadamente eran producto de violencia dentro de las familias. Es un dato preocupante, y el registro es de los que son denunciados. 

Los casos de riñas en la ciudad durante diciembre, el día de la madre o incluso las dificultades que se vieron durante las fiestas, tiene que ver con salud mental porque es convivencia. Es la intolerancia frente al otro al querer acabarlo. 

También es notoria la convivencia en la manera en que se desplaza el ibaguereño en la ciudad: el conductor de transporte público, el motociclista, el ciclista o el conductor de vehículo. Es complicado porque la ciudad es intolerante, quienes cometen equivocaciones de tránsito generan discusiones en la calle con groserías y surge un conflicto.

En la lectura que hacemos como colectivo, Ibagué es un caso delicado por los índices de violencia de maltrato infantil, conflicto entre parejas, conflicto entre vecinos y demás. La violencia aparece cuando el argumento desaparece. Anteriormente, las comunidades en los barrios, cuando tenían un problema, se sentaban a dialogar y compartir. Se tejían redes y eso apostaba a la salud mental.

 

E.N.D.: Lo que uno infiere es que otros componentes también infieren en la salud mental y la convivencia, como el consumo de sustancias psicoactivas y las prácticas alrededor de la ‘epidemia de tristeza’ que atraviesa Ibagué.

O.J.A.: Leí en una investigación que el 50 % de jóvenes se quiere ir de Colombia. Y cuando uno mira Ibagué, en diálogo con jóvenes, se deja entrever una desesperanza por falta de ‘anclas’ a la ciudad. Cuando uno convive adecuadamente, uno no se quiere ir porque le da un soporte de confort.

Lo anterior tiene que ver con la cultura ciudadana, porque se convive y se necesitan espacios para convivir. Cuando la ciudad le brinda a los jóvenes apoyo, eso ayuda en la salud mental. 

 

E.N.D.: ¿Hay responsabilidades?

O.J.A.: El Estado tiene una responsabilidad respecto a las oportunidades que se deben fomentar para todos los ciudadanos. También entra el Gobierno de turno, la empresa privada y la academia, en triada, ayudarían a generar las condiciones generales para que una sociedad pueda estimular la cohesión social y convivencia en la ciudad. 

 

E.N.D.: Otro componente fundamental y catalizador de la convivencia es la cultura ciudadana. En Ibagué es clara la ‘inquietud’ respecto a cómo replantear el manejo de esta categoría entre los ciudadanos. Se ven riñas, basura en las calles y demás factores, ¿por qué es importante reforzar la cultura ciudadana?

O.J.A.: La cultura ciudadana, si uno le apuesta, le ayuda a organizar la ciudad. Si hay una sociedad organizada, se puede decir que la ‘casa’ está bien y el ciudadano se siente igual. No sería una ciudad agresiva y tensionada, permite que los ciudadanos se relacionen asertivamente.  

 

E.N.D.: ¿Cómo cree que se deba abordar desde la Administración? 

O.J.A.: Estamos proponiendo una mesa técnica, basada en la política pública que ya está creada, que permita a la Secretaría de Gobierno, Secretaría de Educación, Secretaría de Educación y Secretaría de Cultura a que se sienten y aborden el ‘común denominador’ de las competencias ciudadanas y las competencias socioemocionales de la ciudad.

En el componente educativo actual, se deben trabajar ambas competencias, por lo que debieran de existir acciones enfocadas a ese desarrollo. Eso permitirá optimizar recursos y generar más impacto de lo que se quiere con la cultura ciudadana. 

 

‘Tejer’ la salud mental

A raíz de la discusión, desde diferentes colectivos afines a la psicología, se está organizando el foro ‘Tejiendo Redes por la Salud Mental de Ibagué’, el cual contará con la participación los candidatos a la alcaldía de Ibagué, los cuales fueron invitados por el grupo de profesionales. 

El evento se realizará en el auditorio de la Universidad Cooperativa, el próximo 2 de agosto, a partir de las 7 de la mañana, con apoyo de diferentes medios de comunicación y universidades. Si desea participar, podrá realizar su inscripción en el siguiente enlace: https://forms.gle/v2cBJorq6FLgRZMW6

 

Líneas de atención

Recuerde que si usted, algún familiar, conocido o amigo tiene problemas de salud mental, puede llamar a las líneas de atención 123, y al Whatsapp 3177012061, donde personal de la Secretaría de Salud Municipal le brindará ayuda. 

Por su parte, la cartera de Salud Departamental tiene habilitado el número de celular 3186072341 para tal menester. Casos como depresión, ansiedad, preocupación entre otros problemas de salud mental son atendidos en la línea amiga.

 

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Credito
Redacción EL NUEVO DÍA

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