Siguiéndole el ritmo a Wendy

SUMINISTRADA – EL NUEVO DÍA
Además de continuar obteniendo glorias en el deporte, Wendy Cifuentes espera convertirse en una profesional de la medicina.

¡Alegre, espontanea, exigente, creyente y seguidora de la música de Andrés Cepeda, Ricardo Arjona y el Binomio de Oro!. Así es la gimnasta mundialista Wendy Cifuentes Trujillo, de 15 años.

La joven, que ha acuñado como norma de existencias dos frases: “La elegancia es una actitud” y “Si quieres lograr lo que aún no haz alcanzado, necesitas hacer lo que aún no haz intentado”, cree que su mayor fortaleza está en la fe depositada en un ser supremo, capaz de ayudarla a vencer los obstáculos que le impone la vida.

A su corta edad, tiene en su haber destacados triunfos en el campo deportivo, entre ellos, ser campeona nacional de gimnasia artística y rítmica, y el haber pertenecido a la selección Colombia participando en los juegos panamericanos y centroamericanos, en los que obtuvo medalla de bronce, y el más reciente, la clasificación al Campeonato Mundial de Gimnasia Rítmica llevado a cabo en Montpellier Francia, en septiembre pasado.

Wendy Cifuentes llegó al “deporte elegante” hace 10 años, luego de ver por televisión las transmisiones de los Juegos Olímpicos de Sidney.

En su primera etapa incursionó en la modalidad artística, es decir, en la realización de composiciones coreográficas, combinando de forma simultánea movimientos corporales; y finalmente a la  artística, que mezcla elementos de ballet, la  gimnasia y  la danza, acompañados de distintos objetos como la cinta, la pelota, las masas y el aro.

Sacrificios
La joven que cursa undécimo grado en la institución educativa Germán Pardo García y dicta clases de gimnasia básica para niñas entre los tres y siete años de edad en los establecimientos deportivos, tiene muy claro que su estado físico es vital, y por tanto debe privarse de algunos placeres.

“Amo la comida, y esto es un problema grandísimo, porque siempre quiero comer y probar lo que puedo, pero para estar en gimnasia debemos tener el peso adecuado. Muchas  veces tengo que tomar conciencia de ello y dejar aquellos postres a un lado”, indicó.

¿Se ha sentido como una pelota?
“Sí, cuando me han dado consejos y he caído por falta de atención a ellos; así como cuando teniendo las capacidades, no logro los resultados”.

¿Cómo logra poner a bailar a la gente a su ritmo?
“Contagiándolos con mi alegría, actitud, personalidad, mi forma de actuar y de pensar”.

¿Cuál ha sido su mejor salto en la vida?
“Lograr el cupo al mundial en Francia”.

¿Quién o qué le propinó su peor golpe en la vida?
“Aún no lo he recibido y espero no sea pronto”.

¿Cuál es el mayor peso en la conciencia y por qué?
“El saber que he podido haber dado y haber demostrado mucho más de mis aptitudes, y no lo hice por miedo”

¿A quién le gustaría amarrar?
“A aquellas personas que muestran su envidia ante el éxito y ante las oportunidades que se me han presentado”.

¿Cuál es el aro que blinda su vida?
“La fortaleza que me da la fe que tengo en Dios, y la seguridad de lo que quiero ser”.

¿A parte de la gimnasia a qué le pone ritmo?
“A mi vida y a mis proyectos”.

¿Es flexible en sus relaciones personales, cómo?
“Teniendo en cuenta la tolerancia y el respeto para con los demás”.

¿Qué la impulsa en su vida?
“El ánimo de superarme y ser mejor persona cada día, aprendiendo de mis errores, y aprovechando cada oportunidad que me da la vida”.

¿Le han pisado la cuerda en su vida alguna vez, y cómo?
“En el estudio y hasta en el mismo deporte comentando cosas que lo desmotivan a uno, pero gracias a los consejos que me da mi madre encuentro la dirección correcta a mis actos”.

¿Cuál es la medalla más sufrida en su vida?
“El dejar atrás muchas cosas que uno hace de niña y adolescente por la dedicación, responsabilidad, y entrega al momento de entrenar, esperando que la competencia le entregue la factura”.

¿En la vida cuándo la dejaron fuera del podio?
“Hasta el momento nunca, porque siempre me han tenido en cuenta para todo”.

¿Ha sentido que la trusa le queda pequeña, por qué?
“Sí, porque en ciertas ocasiones la responsabilidad es tan grande y comprometedora que puede afectar o exaltar la medida de mis capacidades”.

Credito
EL NUEVO DÍA

Comentarios