´Chichón', un astro del fútbol y el volante

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
El deportista aplica la técnica futbolera dentro y fuera de las canchas, conduce una ambulancia y defiende el ‘Vinotinto y oro’.

Julio Leal Ávila es para muchos un nombre común y que no se relaciona con ninguna figura pública, contrario a lo que ocurre al mencionar el seudónimo ‘Chichón’, como dentro y fuera de las canchas es conocido el alero derecho del Tolima Syscafé.

Él se familiarizó con su apodo tanto o más que con su nombre de pila en razón a que desde niño es llamado así “porque me caía muchísimo y me hacía chichones”.

Este joven, que en 12 días festejará su cumpleaños número 24, indicó a Antes de... que la adrenalina y felicidad que siente en sus dos terrenos de juego: las canchas de microfútbol y las calles es sólo comparable con el ver crecer a su primogénito.

Su llegada al fútbol de salón se dio cuando tenía 15 años, luego de hacer ‘carrera’ en las calles ibaguereñas, jugando con sus amigos de cuadra.

La destreza y habilidad ganada en esa primera etapa fue vital para su ingreso a la selección Ibagué y su meritorio paso al Tolima, las mismas que lo tuvieron en las puertas de la tricolor.

Esa rapidez que caracteriza su disciplina deportiva también la implementa al volante de la ambulancia de la USI, con la cual a diario recorre la Capital Musical para atender el llamado de algún paciente.

¿Qué hecho puede definir como el mejor gol de su vida?
“Hace dos años y cuatro meses cuando nació mi hijo Juan Sebastián”.

¿Cuándo se sintió fuera de lugar?
“Cuando me dieron la noticia de que iba a ser papá... quedé mudo”.

¿Cuándo le sacaron tarjeta roja?
“Hace como siete años al romper el parabrisas de un BMW por lanzarle una piedra a un amigo, y para poder pagar me tocó vender rifas por todo el barrio”.

¿Le han metido autogol?
“Me salvé del autogolazo que me quisieron hacer con un carro que me estaban vendiendo, afortunadamente me di cuenta a tiempo de todos los problemas que tenía”.

¿En la conquista cómo va al ataque?
“Con detalles, invitaciones y frases, entre ellas, la infalible ‘eres el amor de mi vida’”.

¿Cuándo se sintió como una pelota?
“Cada vez que sabiendo hacer las cosas no podía lograrlas, entre ellas no haber estado en el mundial con la selección Colombia  teniendo todo para hacerlo, excepto no pertenecer a la rosca”.

¿En la vida cuál es su mejor técnico?
“Mi hermano mayor: Albeiro Antonio, siempre es el que me pone en condición, fue como mi padre... por él soy quien soy”.

¿Ha perdido en el juego del amor?
“Sí, cuando era adolescente”.

¿Qué lesión le fue difícil superar?
“La separación de mis padres cuando yo tenía 13 años. Ver la familia incompleta es duro”.

¿Fuera de la cancha dónde se siente triunfador?
“Manejando la ambulancia porque me hace sentir útil el saber que puedo salvar una vida”.

¿Le han pinchado el balón?
“Sí, muchas veces por mentiras y traiciones, siempre por plata de por medio”.
 
¿Cuál ha sido su mejor jugada?
“Tener a mi familia sana y viva”.

¿Cuál es su equipo ideal?
“Una mona de figura armoniosa, inteligente, profesional y, sobre todo, de buenas costumbres”.

¿Cuándo sintió que le quedó grande el uniforme?
“Cuando me sacaron injustamente de un trabajo por cuestiones políticas”.

¿Cuál ha sido su mejor cabezazo en la vida?
“Conservar a mi esposa”.

¿Cuántos goles se ha comido?
“Eso no se pregunta, los caballeros no tenemos memoria”, risas.

¿Se ha quedado sin gasolina?
“Una vez y me impidió terminar mis estudios en educación física, quedé en cuarto semestre por problemas financieros”.

¿Le gustan las gasolineras?
“Sí, pero para purgarlas para que no se me vuelvan a montar”.

¿Cuándo le tocó salir de urgencia?
“Con la primera caída de mi hijo me llamaron a decirme que estaba sangrando, y me pusieron a correr”.

¿Cómo le encienden la alarma?
“Con la velocidad porque esta me enciende, me da vida y energía, me encantan las motos”.

Credito
EL NUEVO DÍA

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