Las canciones de Leonardo Laverde Pulido evocan el amor por la familia y la patria, reviven la esperanza y animan a unir voces con un propósito común; seis de ellas están a disposición de los electores de 'la más linda' del vigésimo sexto Festival Nacional de la Música Colombiana.

Este bogotano, creador e integrante hace 14 años del dueto Tierra viva, tiene claro que de las obras que ha escrito hasta el momento, aprecia mucho más las que han surgido del fondo de su corazón, aunque todas le toman tiempo.

“Me demoro un poco, no soy muy 'repentista'; me gusta escribirlas y revisarlas. Siempre es un esfuerzo creativo mío el que aplico en mis canciones, que tienen un alto grado de emoción, sinceridad y pasión, para escribir lo que vivo, lo que siento y a quienes amo”, expresa.

De las 14 ediciones transcurridas del Concurso Nacional de Composición 'Leonor Buenaventura de Valencia', sus obras han ganado en cinco. La clave, en su opinión, es que “trato de plasmar las experiencias que voy viviendo y que vale la pena hacerle canción”.

Al elegir la mejor canción de John Jairo Torres de la Pava, con quien comparte homenaje en este Festival, Laverde optaría por 'Para cantar', pues “tiene mucha fuerza y dinamismo y es muy alegre. Su letra es bien hecha, me gusta cantarla (…). También estaría 'No es tan fácil'”.

Como persona, Laverde define a Torres de la Pava como “muy valioso. Tenemos muy buena relación. Es directo y sincero y estoy contento de que sea con él el homenaje en Ibagué; se ha dedicado a trabajar la música colombiana y ha sido un valiente en este camino”.

De otra parte, es el bambuco 'Amo esta tierra' la obra que Leonardo Laverde considera como la mejor de sus creaciones. “Es la mejor escrita”, puntualiza.

SUENEN LAS VOCES (1998)
Otra de las composiciones que han surgido de la necesidad de Laverde por anhelar un país mejor es “Suenen las voces”, que compuso en una época también difícil para el ambiente nacional.
“En una época de mucha violencia y terrorismo, la del paramilitarismo”, recuerda, y añade que debido a ello esta canción se convirtió en un canto a la paz, “un grito para decir que los buenos somos más, con la posibilidad de que dejemos a un lado la violencia”.

Pero sin duda, una de las mayores gratificaciones obtenidas en virtud de esta composición es haber ocupado un lugar de privilegio en el recién creado Concurso Nacional de Composición 'Leonor Buenaventura de Valencia', en el décimo segundo Festival Nacional de la Música Colombiana.

“Tiene muy bonita recordación ya que ganamos por primera vez, y la gente en la Concha Acústica se aprendió muy fácil la letra y repetía el coro. Fue una satisfacción muy grande”, asegura.

SONIDOS DE TIERRA VIVA (1999)
“Es una canción ecológica, que habla de la naturaleza y de cuidar nuestro entorno, porque efectivamente no ha habido suficiente consciencia”, manifiesta Leonardo Laverde, y agrega que el valor agregado de este tema es ser reflejo de la identidad del dueto.

“Como Tierra viva, queremos promover ese amor por la tierra viva y fértil. La hice para tenerla como bandera del dueto y darle la connotación de que nos identificamos con esa manera de pensar”, explica.
“Sonidos de tierra viva” también figura en el 'expediente dorado' del Concurso Nacional de Composición 'Leonor Buenaventura de Valencia', esta vez en su segunda edición, la de 1999, año en que se robó el corazón de jurados y espectadores.

EL COLOR DE ESPERANZA (2000)
Con un mensaje totalmente explícito en su título, el compositor bogotano quiso dejar una lección de optimismo a quienes estuviesen pasando por una situación difícil, aunque tuvo una dedicación muy especial en dicho tiempo.

“La compuse fundamentalmente a la esperanza. Es una obra que busca sacar ánimo y dar un mensaje de positivismo y fuerza, pues siempre tenemos momentos difíciles en la vida”, indica.

Y el segundo destino, según comenta, fue “mi suegro, quien estaba muy desanimado porque no tenía trabajo y su esposa estaba en otra ciudad, por eso quise darle ánimo. Siempre que la canto me acuerdo de él”.
Esta canción fue ganadora como obra inédita en el quinto concurso 'Leonor Buenaventura de Valencia', en 2002, cuando se celebraba el 16º Festival Nacional de la Música Colombiana.

AMO ESTA TIERRA (2001)
La difícil situación del país motivó a Leonardo Laverde a tomar lápiz y papel para componer una de sus obras más cantadas y conocidas. Confiesa que primero escribió el coro y después, las estrofas.
Era “una época en que el país estaba azotado por la violencia y la inseguridad, no se podía andar por las carreteras y había problemas con la guerrilla. Mucha gente decidió irse porque no había empleo ni libertad ni posibilidades de vivir dignamente”, narra.

Además, en aquel tiempo trabajaba en una multinacional y se le presentó una mejor oportunidad laboral en Brasil. Con el temor por tener que abandonar el terruño que lo vio nacer, hizo retrospectiva de lo que dejaría atrás en caso de partir.
“Entré a pensar si me iba y a recordar lo que tengo acá, lo que amo y siento, mi familia, mi gente y mi música y decidí quedarme; en ese proceso me senté a escribir esa obra”, agrega.
Y atribuye a esta creación “un profundo sentimiento nacionalista y de amor por nuestra cultura y nuestra gente. No tiene género ni edad y tan solo se necesita ser colombiano para sentirla”.

UN DÍA REGRESARÉ (2005)
Para este tiempo, Laverde recuerda que vivía en Perú durante un año, como parte de esos viajes laborales, los que más le han despertado su amor de patria. La melodía de dicha obra tuvo origen en un lugar muy propicio para ello: un aeropuerto.
“Sentí la nostalgia de irme por un buen tiempo del país. Esa melodía surgió en los pasillos del aeropuerto; era un tanto triste, la tomé como de despedida”, manifiesta.
Y expresa que “a mi modo de ver, me quedó bien hecha y tiene ese arraigo de la gente que está en el exterior y que cuando la escucha le llega y toca el corazón. Es una melodía muy rasgada y un tanto diferente, con una armonía inesperada y una buena sonoridad”.

GUABINA, PAISAJE Y COLOR (2008)
Rescatar un ritmo del que poco se había hablado y cantado hasta el momento fue la motivación principal para que Leonardo Laverde compusiera esta melodía, que se llevó el premio 'Leonor Buenaventura de Valencia' en ese mismo año, en la edición número 11.

“Es una guabina que habla de la guabina, porque es un aire muy característico de nuestra región, sobre todo del Tolima, Cundinamarca y los santanderes, por eso quise hacer una canción de cómo siento la guabina, pues sí se ha hecho muchos bambucos y pasillos”, señala.