“Dios me envió como mensajero de alegría”

CAMILO YEPES - EL NUEVO DÍA
En su visita, el intérprete barranquillero fue cómplice de cómo se logró congregar a 88 mil 505 personas en una semana.

Con La Gente del Camino y su enérgico movimiento de cadera, Moisés Angulo ha puesto a bailar a toda Latinoamérica con sus letras de carnaval; ahora sigue creando euforia, pero con los más sentidos mensajes cristianos.

Finalizando la noche del domingo, el barranquillero cerró el Octavo Festival Internacional de la Oralidad Mundopalabra, dando fe de su fuerte creencia en Dios en el repertorio mostrado en la concha acústica Garzón y Collazos.

Y es que a pesar de habers sufrido una lesión menor en su pie derecho al bajar a saludar al público que lo acogió en la Capital Musical, Moisés sabe que estas experiencias no resquebrajan ese espíritu jovial que lo caracteriza.

Ahora, el intérprete se alista para seguir ensalzando al Altísimo con sus creaciones musicales e impartiendo esa particular evangelización que, más que motivarlo, ha significado un cambio rotundo para su vida.

Sobre Mundopalabra, confesó sentir "un honor inmenso al compartir con tanto cuentero y tanta gente que lleva la palabra. Me encantó el gran desafío de Ricardo Cadavid (director del Festival), su esposa y de todos, porque detrás de esto hay cosas maravillosas que Dios organiza".

Recuerde que unas 88 mil 505 personas asistieron al octavo festival Mundopalabra, según un comunicado de Abrapalabra. Aclaramos que el balance inicial sí incluía un promedio de los asistentes del domingo.

 

EL NUEVO DÍA: ¿Cómo se produce ese cambio en sus letras?

MOISÉS ANGULO: Siempre, con nuestras canciones y nuestra vida, Dios nos ha puesto como mensajeros de alegría: las canciones invitan a alegrar y a llenar la vida de color. El objetivo es claro: hablar de un Dios diferente, alegre, joven y que nos da esperanza y ganas de vivir. Cuando me lo presentaron de pequeño era viejo, aburrido, con el ceño fruncido y siempre señalando, por eso acercarme era difícil. Me encanta conocerlo ahora joven y chévere.

 

END: ¿Fue paulatino o una experiencia particular?

MA: Hace muchos años yo andaba buscando de Dios, pues así como el cuerpo y la mente necesitan alimento, supe que necesitamos alimento espiritual. Traté de buscarlo en muchas cosas y en muchos sistemas religiosos y no lo encontraba. Entonces fue mi búsqueda, en un momento muy difícil y triste de mi vida, en que me había dado cuenta de que las cosas que había encontrado no me generaban real felicidad. 

Él me buscó en el momento oportuno y por eso caí rendido a sus pies, hablando a jóvenes de cero a 100 años.

 

END: ¿Cómo un artista tan alegre puede estar triste?

MA: Es muy difícil verme triste, pero tengo días en que no puedo sonreír por circunstancias que no me lo permiten, pero como Dios me ha puesto como un mensajero de la alegría, a veces es difícil verme en un día gris.

La felicidad va y viene, pero el gozo es permanente, pues es esa emoción de que así estés pasando por mal momento, Dios está ahí contigo.
 

 

END: ¿Habrá más trabajos de corte cristiano?

MA: Claro. Así como ‘Aguacero de amor’ o ‘Alégrense’, vienen más trabajos dedicados a comunicar a la gente nuestra relación con Dios y sobre todo a la juventud.

Cuando hablo a la juventud, estoy hablando a mi hijo, Juan Andrés, que tiene 21 años. Más que mensaje, pregunto ¿a quién están siguiendo? ¿Quiénes son sus ídolos? La respuesta les dirá que hacer.

Ahora la juventud muchas veces está muy mal rodeada, de gente que envidia y que descalifica. No soy partidario del lenguaje que descalifica, que es pesimista o que es aguafiestas.

A la juventud pido que cambie el discurso: no significa adular o decir lo que no se tiene, sino que cuando haya méritos, reconocerlos. Eso genera a uno una confianza muy grande.
 

 

END: ¿Con quién vino y cómo se va?

MA: Vine con Diana, mi esposa, y mi productor y me voy con el corazón absolutamente lleno de bendición. Me voy feliz y contento.

Credito
HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ

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