Solo Dios puede rehacer la vida humana

«...Camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “Effetá”, esto es “Ábrete”.

«...Camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.

Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “Effetá”, esto es “Ábrete”. 

Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin difi cultad”. Marcos 7, 31-37.

lo de persona y de Dios que necesita el mundo, basta poner atención a lo que el Maestro hace, lo que el Maestro dice, lo que el Maestro propone, el poder del Maestro, la sabiduría del Maestro y la presencia del Maestro frente a su gente y a su comunidad.

Cristo es el hombre que rehace la historia de su propio pueblo. “Se diría que los desechos humanos, el resto de Israel, la pita que ya va a reventar por lo más débil, Cristo la coge a tiempo y la une y de ahí sale la salvación para todo el mundo.”

El Maestro se mete en los zapatos de cada uno de nosotros...” Dios viene en persona a salvarnos. Es Cristo entre las necesidades el mundo.

La promoción que Cristo quiere hacer del hombre es todo el hombre en su dimensión trascendente, en su dimensión histórica, en su dimensión espiritual y en su dimensión corporal.

Es todo el hombre al que hay que salvar. El hombre en sus relaciones sociales, el hombre que no considere a unos más hombres que a otros, sino a todos hermanos y con preferencia a los más débiles y más necesitados.

Éste es el hombre integral que la Iglesia quiere salvar. 

Cuida tu salud: No seamos sordos al eco de la Palabra de Dios, ni sordos a las necesidades de los demás.

Credito
El Nuevo Día

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