Entrar en lo que paso a paso ha ido convirtiéndose en el Taller Casa Negra es sentir cómo un abanico artístico se puede compartir con todos: esa es, precisamente, la idea de la artista plástica Martha Emilia Osorio, al entregar su hogar al servicio del arte. 

Su casa ha ido llenándose de cuadros, esculturas, fi guras y mucha creatividad, cumpliendo un propósito que tal vez, y como ella lo asegura, se observa con más facilidad en países extranjeros, que prestan más atención a la cultura. 

Y es esa la intención que ella quiere replicar en esta ciudad, a partir de ese espacio en el barrio Santa Helena: que taller, exhibición, ‘mercado de pulgas’, gastronomía y buena música se conjuguen y sean del disfrute de todo público. 

“La primera idea es que esta se vuelva una casa de arte, un sitio de reunión para aprender y hacer cosas”, y aclara que el inicio de su propósito es un taller de escultura, que arrancó este mes dictado por ella, una vez a la semana.

Y para la marcha de los otros servicios, afi rma que su intención es “buscar artistas locales y de afuera que traigan arte, para que la gente venga a pasar un buen momento escuchando buena música y degustando un buen buffet”.