“Es un evento emocionante, lleno de cariño y fervor por los viejos Garzón y Collazos”. Con esta frase el maestro Darío Garzón definió la serenata anual efectuada al dueto conformado por su padre, Darío Garzón Charry, y Eduardo Collazos.
El encuentro musical y espiritual con la pareja de siempre se cumplió ayer, en el cementerio San Bonifacio de Ibagué.
Más de 100 personas se hicieron partícipes del homenaje, organizado por la Fundación Musical de Colombia, entidad presidida por Doris Morera de Castro, entre ellas, el exfiscal General de la Nacional Alfonso Gómez Méndez, y Leonor Serrano de Camargo, exgobernadora de Cundinamarca.
Una cita entre generaciones
Lo que se vivió fue, sin duda, una jornada de reencuentro entre seres queridos y amigos. Las familias de los fallecidos artistas no ocultaron su emoción no solo al escuchar las intervenciones musicales de colegas, sino al ellos mismos cantar los temas que hicieron inolvidable a este dueto desintegrado hace 35 años, pero que se sostiene vivo en la mente y el corazón de los colombianos.
Canciones como La sombrerera, En un pueblito español y Pescador, lucero y río pusieron a palpitar de emoción el corazón de los invitados y curiosos.
Fueron dos horas de serenata, tras las emotivas palabras del sacerdote del cementerio, Camilo Torres. La Coral Ciudad Musical, dirigida por Nixon Peña, fue la primera en escena, seguida por el dueto Ramírez y Collazos, conformado por César Ramírez y Alfredo Collazos, hijo del maestro Eduardo Collazos.
El tercer tributo musical corrió por cuenta de Garzón y Torrado, integrado por Carlos Garzón y Wilfrido Torrado, contando con el acompañamiento en el bajo de César Barragán. Tus trenzas, Amor imposible, Poquito a Poquito, Soberbia y Arrunchaditos fueron algunos de los clásicos temas con que conquistaron al público, que rumoraba que de haber estado en competencia sería declarado Príncipes de la Canción.
Y que mejor cierre que el escogido por Darío Garzón, quien presentó en sociedad su nueva “hija”: Cuando tú estás. Él invitó a sus hermanos y a su hijo a cantar a una sola voz el bello vals Al sur, del maestro Jorge Villamil, acto que de la emoción dejó a muchos sin palabras.
Un recorrido por el amplio repertorio musical andino colombiano fue el que se disfrutó ayer en el cementerio San Bonifacio.
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EL NUEVO DÍA
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