Fue un proceso de tres meses en formación, acompañamiento creativo y puesta en escena, en el que se promovió la creación de textos relacionados con el cuidado de los recursos naturales y puestos en la boca de un títere.
“Buscamos la participación de los jóvenes y los niños en sus comunidades, para que nos contaran las necesidades de su entorno y las soluciones que tienen, para mostrarlas en una puesta artística”, explicó Hugo Barrero, director de La Carpa y organizador del Festival.
Otro diagnóstico
Una conclusión importante del desarrollo de este evento es que los títeres no son solo para los niños, pues “en un principio el proceso partió en bachillerato, con lo que hemos roto ese paradigma y hemos abierto ese espacio teatral de la ciudad. La idea es ampliar en 2014”.
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