Esto opina el compositor y director ibaguereño César Augusto Zambrano Rodríguez, quien añade que se produce como un reordenamiento de esa “cédula internacional” que ostenta la ciudad a raíz de la visita de este ciudadano francés en 1866.

“Ibagué agradece este descubrimiento. El impulso que nos da este documento está en pensar en la creatividad que debemos tener para continuar con la música y saber qué tenemos que hacer para sostener esas raíces”, dijo.

Él fue el encargado de transformar en un espectáculo coral y orquestal algunas partituras dejadas por el diplomático y rescatadas de anaqueles por el historiador Álvaro Cuartas Coymat, autor del libro en mención.

“Es un honor para cualquier ibaguereño después de 147 años mostrar que sí existió (...). Esto lo hicimos con toda la sencillez y todo el amor del mundo”, añadió.

Sigue la tarea

Para el investigador Cuartas Coymat, ahora el libro debe entrar en la divulgación, en una tarea que tendrá que recaer en las secretarías de Educación y Cultura de Ibagué y el Tolima.

“Hay que hacer un ejercicio concertado (también) con los docentes en Música y Sociales, fundamentales para proyectar este trabajo, porque si no, se nos queda solo escrito. El público que debe gozarse esto tiene que ser de amplio espectro”, afirmó.

Según el historiador, este documento de 48 páginas llega como un “documento probatorio de que el Conde de Gabriac no fue un seudónimo, una ficción o una fantasía. Es alguien de carne y hueso que nos regala tejido de memoria, fue el primer notario que tuvo Ibagué y a partir de sus escritos nos damos a conocer en el campo de la música

“El libro va a aportar mucha información acerca de ejecutorias y de la trayectoria diplomática del Conde Alexis de Gabriac, que nadie lo sabía y que es muy importante”, cerró el autor.