(Entre) Escritura y Formación *Nota(s) al pie: Reseña

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Alex Silgado Ramos, profesor de planta de la Universidad del Tolima, ha compartido con los lectores una urdimbre de palabras, escritas desde sus entrañas, en su libro “(Entre) Escritura y Formación.

*Nota(s) al pie”, publicado por Caza de Libros en el 2016. Se trata de un compendio de reflexiones críticas, irreverentes, desacartonadas, atrevidas y retadoras, sobre ser maestro, la pedagogía, el arte de escribir y la placidez de leer. Son expresiones aforísticas producto de sus lecturas fragmentarias al ritmo de la pasión, de su quehacer docente y de su actitud frente a la vida.

El autor transmite, en el texto, la sensación de leer sin prisa: rumiando, disfrutando, caminando y mirando hacia el horizonte. Sin preocupaciones por ambiciones mundanas o imposturas o yugos establecidos por estándares.

La frivolidad germina en el centro, donde está la corriente y la moda. Y a él no lo atrae nadar en esta corriente. Está distante, en el borde. Desde aquí no se corre, se camina. Desde este escenario defiende la palabra con significado, que llegue al alma.

En este libro, Alex es resonante de autores que han husmeado el arte de escribir, como María Zambrano y Marguerite Duras; sobre educación, como Jorge Larrosa y Joan-Carles Mélich. Al asociar pedagogía con formar, y, formar con caminar, llega a autores como David Le Bretón, Milán Kundera y J. M. Coetzee, con quienes comparte el caminar lento.

También interpreta frases de Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y Proust, relacionadas con la vida.

En el texto, el profesor Silgado descompone, como separando átomos que conforman moléculas, las palabras, hacia la construcción de un nuevo sentido. Rompe sus articulaciones literales, generándoles otras interpretaciones. De igual manera, presenta una colección de aforismos, con tono poético, que brota de su experiencia.

“La palabra horizonte es un pretexto para alargar la mirada”, “Leo literatura porque es la forma más placentera que encuentro de perder el tiempo o, mejor, de perderme en el tiempo”, y “Escribir es inventar la soledad en que se pueda conversar con uno mismo”, son algunos que llaman profundamente la atención.

No se queda en la discusión de si la pedagogía es ciencia o es disciplina. Critica la pedagogía “deslactosada” y “descremada” que se practica en algunas Facultades de Educación. Del mismo modo, censura a aquellos que elaboran discursos a partir de una pedagogía para la paz, cuando ni siquiera tienen el don de la compasión y la comprensión. En cambio, propone una pedagogía de la alteridad.

Por estas razones, y otras que en su momento inferirá cada lector, vale la pena la lectura de este libro.

Credito
JOSÉ HERMAN MUÑOZ PROFESOR UT

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