La mística que albergan flautas, bombos, rucos, chajcha, jirajaweis, maracas, morrocos, carisos, arus cascabeles y otros tantos instrumentos indígenas de Colombia es recuperada y extendida a la comunidad por el investigador Héctor Parra.

Producto de más de ocho años de investigación en varias comunidades colombianas y limítrofes con otros países, este ibaguereño y autodidacta pone hasta hoy, al servicio de los interesados, este patrimonio.

“Es una invitación a la comunidad académica y no académica a entrar en contacto de manera cercana con los instrumentos indígenas”, explica el músico y coleccionista.

Esta divulgación la ha llevado a cabo en la biblioteca del Conservatorio del Tolima, adonde se han acercado en su mayoría estudiantes de Música a conocer un poco más de estas manifestaciones.

“Es la sensibilización desde lo estético, con el gusto y la posibilidad que brinda escuchar sonoridades diferentes, y desde lo ético, el dilema de entrar en contacto con los grupos indígenas”, añade el investigador.

Su labor le permitió internarse en culturas como Wayúu, Panore (Guaviare), Ticuna, Caquiona (Cauca), Inga (Putumayo) y Jivi (límites con el estado Amazonas, en Venezuela).

“Hay muchas posibilidades de relacionarse con el sonido de los instrumentos (...) y con rítmicas que no se complementan con otras de nuestro oído occidentalizado. Entrar en contacto con estas maneras de relacionarse es algo muy importante”, añade.

El ideal de la exposición es abarcar más instituciones, pues “vendrá el momento en que los instrumentos requieran llegar a otros lugares”.

Dato

Los instrumentos que expone Parra hacen parte de una gran colección de instrumentos propia, llamada Caballito del Maizal.

Frase

"Lo vivencial genera un enfoque mucho más humano para el acercamiento antropológico. A veces se olvida un poco que el objeto es el hombre mismo, pues es el hombre el que se estudia", Héctor Hernando Parra.

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