Luego de 25 años en CNN y de declarar públicamente en una columna que ahora le importan mucho menos las críticas, Ángela Patricia Janiot no se entera ya de lo que dicen de la cadena internacional de la cual se convirtió en una imagen icónica.

“No me entero de esas críticas, ¿dónde las hacen?” dice sin alterarse, tranquila, riendo suave. Y así contesta todo. Ríe mucho y no se altera.

Ángela Patricia Janiot es más libre ahora con su nuevo proyecto en CNN, ‘Nuestro Mundo’, donde tiene la libertad para narrar las historias que siempre quiso narrar. Viene más seguido a Colombia.

Y sólo se pone enérgica cuando habla de los retos de la mujer en la sociedad de hoy.

De hecho, antes de pasar a esta entrevista, Janiot ofreció una conferencia sobre mujeres para líderes en temas que nos interesan.

Se considera una feminista y no le tiene miedo al término.

Ha pasado por muchos logros, aciertos y desaciertos en estos 25 años y quiere dejar huella. No solo en el periodismo.

Preguntas y Respuestas

¿Alguna vez se ha sentido discriminada por ser mujer ejerciendo su labor?

No, no ejerciendo mi labor. Me he sentido como dejada de lado en un grupo de hombres y los hombres se miran y se charlan y uno está ahí parado. Y me ignoran. Me ha pasado más de una vez. No me incluyen en la conversación. Entonces yo he optado por decir, bueno, veo que tienen algo de qué hablar entre ustedes, yo me voy a retirar porque a mí el tema no me interesa.

¿Y cómo reaccionan?

(Risas) No tengo ni idea, porque yo me doy la vuelta y no sé qué les pasa.

¿Qué anécdota recuerda de cuando entró a CNN hace 25 años?

Fue al empezar CNN en español como cadena. Fue el rescate de los rehenes peruanos en la residencia del embajador japonés en Lima. Estábamos en una transmisión ininterrumpida de seis horas. Entrevistamos a mucha gente y entre ellos un guerrillero que había pedido asilo político en Suecia. Y en medio de la adrenalina, la productora no me dio ninguna instrucción. La primera pregunta fue: imagino que ha visto las imágenes del operativo de rescate de los rehenes. ¿cuál es su reacción? El hombre me contesta: no ve que soy ciego, ¡cómo quiere que vea las imágenes? Quería que me tragara la tierra. Me estaba carcomiendo por dentro. Entonces le dije: discúlpeme. Veo que se enteró. La sensación de impotencia y de vergüenza me duró años. Todo el mundo estaba sintonizado. (risas)

¿Cómo reacciona ante las críticas?

Nuestro trabajo está expuesto al público. Hay que hacerlo de manera que nos quede satisfacción y tranquilidad de consciencia de que se hizo de manera responsable, independiente. Ante las críticas hay que oír a la oposición, es la característica de un buen líder. Está bien que uno se cuestione cuando las críticas tienen algún asidero. 

¿Alguna vez se ha arrepentido de una entrevista?

De varias. Una que me dolió muchísimo fue la que le hice a Ernesto Samper un día después de haber ganado la presidencia. En el discurso de derrota de Andrés Pastrana se ventiló que Samper había ganado con la ayuda del Cartel de Cali y a mí me pareció escuchar en este discurso a un mal perdedor, pensé por qué esperó hasta ese momento para hacer esta denuncia. Como colombiana me quería sacudir la imagen de narcotráfico que teníamos y obvié esa parte. Me arrepiento, porque obviamente la denuncia era cierta. Y eso me dio una gran lección y fue pensar primero como periodista y después como colombiana.

¿Cuál ha sido el mejor cubrimiento y el peor de su carrera?

Para mí la mejor entrevista fue la que le hice a Pinochet, no solo porque fue un gran logro conseguirla, porque tuvo mucha repercusión y porque tuve mucho tiempo para prepararla. Sabía cuándo, en dónde y a qué hora con seis meses de anticipación y eso me permitió irme armada de cuestionamientos y se vio en los resultados. Y la peor... le hecho entrevistas a Gaviria, pero son esas entrevistas de coyuntura, que no transmiten, el personaje no me dijo nada (risas).

¿Cómo ve su ciudad ahora que tiene la oportunidad de venir más seguido?

Me parece espectacular. Las mejoras en tránsito, el dinamismo de la construcción, la estética de la ciudad. Es una ciudad linda, pujante, que progresa. Obviamente ha sentido la crisis, la desaceleración económica por la baja en los precios del petróleo, pero es una ciudad que se reinventó en el mundo.

Sentí mucha alegría que en el avión vi extranjeros, vienen a descubrir nuestro Cañón del Chicamocha, nuestro turismo aventura, a disfrutar de esas bellezas que las tuvimos siempre y no las supimos explotar. Ahora tenemos que mejorar en hotelería y servicio al cliente. Me molesta el ruido de la ciudad. Y la cantidad de motos, busquemos una manera de organizarnos. La gente que no sea esencial en su lugar de trabajo un día a la semana la gente que trabaje desde casa. Eso descongestionaría el tránsito, la contaminación ambiental, ahorraría gasolina... y se podría aplicar también para las motos.

Viene a visitar a su mamá, Zunilda Martirena. Cuatro años antes, la entrevistó para el programa ‘Patricia Janiot Presenta: Mujeres Extraordinarias’. En retrospectiva ¿cómo ve ese momento, lo repetiría?

Volvimos a hacer otro pequeño intercambio ahora que vine. Estando en La Carreta con ella, la gente me dice: ustedes me hicieron llorar. He entrevistado presidentes, personajes públicos y la entrevista que la gente recuerda es la de mi mamá. Eso me dejó una lección y es que a la gente le encanta ese lado humano, desligarse de ese personaje de periodista. Decidí empezar a grabar un video y no sé si vaya a terminar como una ‘Youtuber’ (risas).

¿Qué piensa de los periodistas ‘Youtubers’?

Me parece genial. Cualquier persona con un teléfono puede tener tantos seguidores como cualquier medio tradicional. No necesita de la infraestructura para encontrar gente que te siga, te admire, te crea o ría contigo. La comunicación se democratizó y me parece fabuloso. Senté a mi mamá e hicimos un videito. Todavía no he editado, que es otra cosa. Tiene que ser una edición dinámica, poner letreros, estoy aprendiendo.

¿Cómo ve a la mujer hoy, el tema del salario, las expectativas?

Hemos progresado, por supuesto. Ganamos espacios que antes eran exclusivos para los hombres. Hemos avanzado en obtener la compensación que nos merecemos, pero nos falta mucho. No entiendo por qué a las mujeres nos preguntan que cómo hacemos para balancear la familia con el trabajo. ¿Por qué a los hombres no les preguntan esto? Es un problema de género. Los hombres tienen que participar en la crianza. Y no es que nos ayudan. Las empresas y la familia juegan un papel importante, en la medida en que podamos trabajar desde casa uno o dos días a la semana y hay que aspirar al puesto en igualdad de condiciones.

Que no contraten a una mujer que lleva tres años de casada porque seguramente va a quedar embarazada es inaudito. Debe aprobarse la licencia de paternidad en las mismas condiciones que la licencia de maternidad: acaba con los padres irresponsables y con la discriminación laboral.

¿No le tiene miedo a la palabra feminista?

No, para nada. Soy feminista hace mucho tiempo. Y soy feminista con derecho a cuestionar.

Frase

"A veces como periodistas actuamos a veces como robot. No hay que perder el corazón, hay que ponerse en los zapatos de los demás”, Ángela Patricia Janiot .